Desde pequeña, Amarilis Molina García mostró un interés especial por los animales. Le apasionaban los perros, gatos o caballos, por eso a los padres no les extrañó su decisión de convertirse en médico veterinaria.
El sueño se concretó en el 2018, cuando concluyó la licenciatura en Medicina Veterinaria en la Universidad Agraria de La Habana, ubicada en la actual provincia de Mayabeque. Luego de un breve paso el Grupo Empresarial LABIOFAM, llegó a la empresa Genética Porcina (Genspor), única de su tipo en el país, y en la cual ella había desarrollado su tesis de grado.
“Desde la etapa de estudiante, mis trabajos de curso estuvieron relacionados con el tema porcino, y la investigación para la tesis final relacionada con la vigilancia sindrómica en animales porcinos la hice en una unidad empresarial de base, ubicada en el municipio de Caimito, en Artemisa”.
Llegar a esta instalación de trayectoria histórica lo considera un privilegio. La actividad genética porcina en Cuba tuvo sus inicios a principios de la década del 60 del pasado siglo. Fue por orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que se creó la sección porcina del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).
Entonces comenzó el programa de desarrollo indicado por él y que incluyó la importación de 12 razas especializadas de alto valor genético, la ejecución de un programa de capacitación técnica y profesional en producción animal, así como la asesoría técnica extranjera, proveniente de Canadá, Checoslovaquia y Bulgaria.
La primera sede fue en la finca conocida como Lage, donde quedó inaugurado el primer centro genético de la Isla, el 24 de febrero de 1962, y que contó con mil 200 reproductoras.
En estos momentos, la joven es la especialista principal en genealogía dentro de la entidad, que tiene como misión fundamental “mejorar y preservar los recursos zoo genéticos porcinos proveyendo a los clientes con cerdos de calidad para lo cual se cuenta con tecnologías adecuadas, y que son gestionadas por un capital humano competente”.
Amarilis habló con entusiasmo del movimiento de jóvenes genetistas que crearán en la empresa, integrado por 70 hombres y mujeres de diferentes unidades, en ocasión del aniversario 60 de la constitución de Genspor. “Actuaré como su coordinadora general. Lo nombramos Rasmiel Roque Sánchez en honor al destacado genetista que laboró en el centro y falleció. Tenemos el reto de buscar nuevas alternativas para el mejoramiento de la producción porcina y aportar más al Programa de Mejora Genética, como garantía de la soberanía alimentaria”.
Dijo que los jóvenes se nutrirán de los saberes de los trabajadores de más experiencia con que cuenta la empresa, y juntos continuarán trabajando en el desarrollo tecnológico, así como en la incorporación de resultados científicos y biotecnológicos que potencien el sector.
Según expresó, sus energías las dedica al trabajo y al estudio, pues está insertada en dos maestrías: una sobre patología veterinaria y la otra acerca de la producción porcina. “El otro paso es realizar el doctorado, el cual empiezo este año”. De seguro, así será. Amarilis tiene juventud y afán por conquistar sus sueños.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.