Tras dos años y seis meses de haberse restablecido el tren Holguín-Habana, lo que causó inmensa satisfacción al pueblo holguinero, ese servicio de transportación mantiene una calidad que es fruto del trabajo de su tripulación y de muchos otros trabajadores ferroviarios que sortean carencias y dificultades para brindar lo mejor de sí.
Así lo afirma Lázaro Llanes Lemes, director adjunto de la Empresa Ferrocarriles Oriente, en Holguín, quien resalta que “de los cuatro trenes nacionales que circulan en estos momentos es el que mejor cumplimiento tiene del itinerario, siempre sale a la hora establecida y tiene un buen estado de opinión por parte de la población”.
El directivo subraya que “la tripulación pertenece a la capital del país y las ferromozas son tanto de la Habana como de Holguín. El tren cuenta con varios coches climatizados, un servicio de agua fría y televisor. También posee coches de segunda clase, que son servicios regulares y tienen ventilador, ventanillas y servicio de audio. Hasta ahora el estado de opinión de la población es satisfactorio”.
No obstante, Llanes Lemes expone que “entre algunas insatisfacciones con el servicio está la relacionada con la amplitud de la estación holguinera, porque realmente se ha quedado pequeña para la cantidad de pasajeros que abordan este tren, que trae entre 700 y 900 pasajeros cuando entra a la provincia. Es una de las cuestiones que están en perspectivas de inversiones en la Unión de Ferrocarriles de Cuba”.
Expone que también “hay solicitudes de parada del tren en varias cabeceras municipales, lo cual no se ha podido hacer, primeramente porque si queremos que corra en un tiempo prudencial de aquí a La Habana, eso demoraría el viaje y va contra la calidad del servicio que se presta, no obstante, todos los municipios tienen capacidades asignadas para este tren”.
El viaje desde y hasta la capital se beneficia con la actuación “de cinco policías ferroviarios, lo cual ha permitido que se mantenga el orden dentro del tren. Nadie sube sin tener boletín, está prohibido fumar y andar de un coche a otro, porque cada uno tiene lo necesario.
“De conjunto, la tripulación y la policía ferroviaria han logrado que el tren se convierta en un lugar seguro. Todas sus puertas cierran herméticamente hasta que se llega a la terminal. Y los hechos delictivos han disminuido considerablemente”, acentúa.
Lázaro Llanes resalta igualmente la limpieza que caracteriza a este medio de transporte. “El tren corre con coches chinos, los que se compraron en el país, que tienen muy buen estado. Al llegar a la provincia son limpiados por nuestro personal y realmente hasta ahora no tenemos quejas e insatisfacciones al respecto”.
No sucede igual con el tema de la merienda, que si bien se mantiene al precio de 50 pesos, “en ocasiones ha habido insatisfacciones porque ha habido problemas con los insumos”, cuestión que compete a Cuba Catering, subraya el directivo ferroviario.
El director adjunto expone, sin embargo, que en medio de las dificultades que siempre se presentan, “hay que reconocer el trabajo del Taller de Retorno, donde se revisan y corrigen los problemas que tiene la locomotora cuando llega a la estación.
“El país pudo adquirir los coches chinos pero no locomotoras nuevas y hoy la principal debilidad que tienen el sistema ferroviario en Cuba es el estado técnico de las locomotoras, de largo tiempo de explotación.
“Cuando llega el tren esa máquina va para el taller, allí se revisa, se completa de aceite, se le corrigen los fallos que puedan tener. Los coches se sitúan en el centro de carga y descarga y las limpiadoras de coches hacen un trabajo magnífico, dejándolos limpios para el otro día. Muchos trabajadores contribuyen a que el tren pueda salir a su hora”.