Villa Clara.— La experiencia y juventud se unen en la Empresa Industrial de Instalaciones Fijas —Traviesas—, de Villa Clara, entidad comprometida con la reanimación del transporte ferroviario en Cuba, el que requiere de vías cada vez más seguras que garanticen el rápido movimiento de trenes, tanto de carga como de pasajeros.
Muchos trabajadores sobrepasan décadas en esta empresa y otros recién llegan. Los primeros tienen un alto sentido de pertenencia, los segundos se han enamorado de este oficio. Para todos, Traviesas ha sido una opción laboral que los enorgullece.
Irenaldo Andrés Benítez Jorrín es de esos que se apegó a Traviesas aproximadamente desde la fundación, tiene apellido de músicos y se distingue de sus compañeros del taller por el ritmo que despliega cuando manipula la vieja máquina india de hacer tornillos. Su oído fino lo llevó a encontrar soluciones técnicas.
“Para confeccionar los tornillos largos no había problemas, pero los cortos no salían. Me doy cuenta de que teníamos que regular el tiempo del equipo, lo ajustamos y desde ese día se elaboran sin dificultad”, afirmó, y su cuerpo lleva el compás del bailador que es, mientras concentrado deposita los tornillos en un estante que va conformando.
Mario Alonso Tejada es un joven ingeniero que sorprendió a muchos por su visión industrial, capacidad innovadora, creatividad e ingenio. Recientemente ganó el Fórum Ramal Nacional Ferroviario al rescatar una fuente de alimentación de una máquina de inyección de plástico. Su trabajo ahorró 268 mil 600 pesos en moneda total.
Pero Mario es casi un hombre orquesta en el taller: diseña piezas, renueva pizarras eléctricas, lleva los expedientes de cada equipo, controla la producción de las fijaciones de las traviesas a la vía, es decir, tuercas, tornillos, láminas, soportes tanto de metal como plástico. Por su versatilidad y disposición a resolver entuertos fue seleccionado el mejor trabajador joven de la empresa.
“Para mí, ingeniero recién graduado, esta ha sido una escuela, una buena opción para demostrar lo aprendido. Este es un colectivo que sabe imponerse metas”, confesó con honestidad.
Muchos otros jóvenes se han vinculado a esta industria que en un momento determinado sufrió una fluctuación laboral considerable. En las diferentes líneas de producción son visibles las caras lozanas y las miradas brillantes, incluso pueden intuirse tras los nasobucos las sonrisas que imperan en estas edades.
Dayner Taes Valdés es uno de esos que decidió incorporarse a este centro laboral. “Realicé las labores del Ejército Juvenil del Trabajo aquí; me gustó tanto el oficio que al terminar ese período de mi vida opté por ser trabajador en Traviesas, me siento útil”, aseguró.
La experiencia está también en Marilú León Veitía, una de las jefas de brigada que con su conocimiento imprime eficiencia al proceso; y en María Elena Martínez Betancourt, secretaria general del buró sindical por más de dos decenios, quien ha dirigido discusiones y debates complicados como reubicación laboral, inversiones, dificultades con las materias primas, pero siempre su liderazgo se ha impuesto a partir de la representación del trabajador.
Traviesas hoy
A pesar del actual contexto, las carencias materiales y la restricción energética, esta entidad villaclareña ha logrado crecer de un año a otro en su economía. En el 2021 produjo 45 mil 554 traviesas destinadas a la vía ferroviaria de la fábrica de cemento de Santiago de Cuba, así como para distintos tramos de la vía central.
Además ha logrado aprovechar sus capacidades industriales en la realización de producciones alternativas como pintar bicicletas, elaborar materiales de la construcción, y otras acciones. Destinó su equipamiento pesado a tareas comunitarias como la recogida de desechos sólidos y carga de materiales, entre otras muchas opciones.
Quedan retos, aún deben seguir trabajando para dejar atrás la imagen del elefante blanco dormido, como en una ocasión se le denominó, debido a que desde el horizonte la fábrica tiene la figura del paquidermo.