La ceremonia de entrega del reconocimiento Con todos y para el bien de todos, que concede la casa donde José Martí vivió en Zaragoza, España, fue realizada —bajo estrictas medidas higiénico-sanitarias—en el Museo Fragua Martiana, con motivo de cumplir esa institución, el próximo 28 de enero, 70 años de fundada en memoria del Héroe Nacional de Cuba, quien en las canteras existentes allí sufrió, como preso, la crueldad del régimen colonial.
El certificado fue entregado por Agustín Montano Luis, reconocido actor, director de teatro, titiritero, juglar, narrador oral, poeta y escritor, quien desde hace varios años reside en España, y por coincidencias de la vida tiene la suerte de vivir, en el mismo lugar donde residió Martí, entre los años 1873 y 1874, durante el tiempo en que cursó estudios en la Universidad de Zaragoza, para diplomarse como Licenciado en Derecho Civil y Canónico y Licenciado en Filosofía y Letras.
Durante el sencillo y emotivo encuentro, el diploma fue conferido al Museo Casa Natal de José Martí, donde se atesora parte de las pertenencias del extraordinario intelectual y luchador por la independencia insular. Considerado como el más antiguo museo de La Habana, fundado el 28 de enero de 1952, en la calle Leonor Pérez (antigua Paula) No 314, en La Habana Vieja, en 1978 fue declarado Monumento Nacional.
Montano igualmente entregó el reconocimiento a María Nela García Sánchez, especialista del sitio donde existieron las tenebrosas canteras de San Lázaro, en las que el organizador e ideólogo de la guerra de independencia de Cuba, apenas adolescente, fraguó su espíritu invencible.
Este lugar, también Monumento Nacional (1996), es propiciador del encuentro con la historia. Está situado en la intersección de las calles Hospital y Espada en el municipio Centro Habana, y es dirigido por Yusuan Palacios Fonseca, también Presidente del Movimiento Juvenil Martiano, presente en el acto, bajo cuya entusiasta conducción este centro se ha destacado por su labor de extensión universitaria, y su aporte permanente a la sedimentación de valores patrióticos y morales en las nuevas generaciones.
De igual forma fueron laureados los canales de la televisión cubana Educativo 2 y Clave; así como al músico y profesor Jorge García Porrúa y la actriz Juana María Fernández.
Con todos y para el bien de todos asimismo fue conferido a la destacada promotora cultural y narradora oral Amelia Toledo Taylor, de Teatro Cimarrón, Maite Hernández Páez, directora del Proyecto artístico Sombrero Azul, de Cienfuegos, provincia de donde lo recibieron, además, el actor José Manuel Fernández Urquiza, y Lucía Ramírez Arias, vice presidenta de la Sociedad Cultural José Martí en ese territorio.
Montano, estudioso y promotor de la obra martiana, amén de su prolífico quehacer artístico, el cual alterna entre España y Cuba, emprende su actividad como creador pensando y actuando en concordancia con su país, empeño que ha hecho extensivo al lugar donde hoy reside, convertido en una suerte de museo que rememora al Apóstol y donde desde el año 2000 promueve proyectos y actividades teatrales, con personajes muchas veces extraídos del libro La Edad de Oro, de Martí, interpretados mediante su proyecto Los cuentos de Akún.
Entre sus aportes a la museística cubana, este sencillo hombre nacido en Pinar del Río, consiguió traer a la isla un plano de aquella casa que habitó Martí y el expediente académico del Héroe Nacional de Cuba cuando estuvo en la universidad de Zaragoza.
Frente a su vivienda en España hizo un mural alegórico al maestro, y colocó una tarja, en la que puede leerse el memorable verso: “Para Aragón, en España, tengo yo en mi corazón, un lugar todo Aragón, franco, fiero, fiel sin saña”.
Infinidad de premios y reconocimientos ostenta Montano, ganados por sus aportes a la cultura cubana, entre ellos los Macandal y Juan Candela, además de un valioso reconocimiento de la Sociedad Cultural José Martí, firmado por Armando Hart, como también el lauro Cómplice de la Virtud, y el denominado Utilidad de la Virtud, el cual se entrega a los más sobresalientes continuadores de la obra martiana.
Igualmente ostenta el diploma Crear en vencer, el cual le otorgó el Centro de Estudios Martianos. Por su labor teatral sobresale el lauro de Juglar de teatro para niños, que otorga la UNEAC. En correspondencia con su amor a la tierra que lo vio nacer, a Martí y su obra, asistió como delegado a la II Conferencia Internacional Con todos y por el bien de todos.
En su afán por rememorar y homenajear a los más sobresalientes valores de la cultura insular, ha concebido varios espectáculos, entre los que sobresale el unipersonal La Flor de la Canela, en recordación de dos grandes de nuestra cultura: Rita Montaner, La única, e Ignacio Villa, Bola de Nieve, donde exhibe sus excelentes dotes como actor y cantante.
La modesta casa de huéspedes donde durante 20 meses vivió Martí en Zaragoza (donde radica hoy Montano), está situada en la calle Manifestación Número 13 principal. Tenía entonces 20 años de edad y allí conoció a una sociedad en plena ebullición política con constantes enfrentamientos entre monárquicos y republicanos, amén de la aparición de un incipiente movimiento obrero organizado, la insurrección carlista y la revolución cantonalista, acontecimientos que indudablemente influyeron en su ideario.
En esa vivienda, Montano creó un rincón martiano en la habitación donde pernoctó el Apóstol, soberbia figura sobre cuyo pensamiento y obra afirma que “hay que trabajar para que los jóvenes capten la vigencia y la profundidad de sus ideas. Impregnarles sus valoraciones más humanas y menos materiales”.
Aunque se licenció en Derecho y en Filosofía y Letras con notas de sobresaliente, Martí no pudo recoger sus títulos porque no tenía dinero para que se los expidieran. La Universidad de Zaragoza corrigió esa situación a título póstumo en 1995 y descubrió un busto en bronce, que es el que todavía se mantiene en la entrada del edificio Paraninfo.
Durante el período en que radicó en Zaragoza, José Martí asistía a las tertulias literarias organizadas por los escritores aragoneses Marcos Zapata y Eusebio Blasco, en tanto colaboraba con el Diario de Avisos de Zaragoza.
En aquella ciudad, capital de la región de Aragón, en el noreste de España, escribió y publicó el libro La Republica Española ante la Revolución Cubana y la obra de teatro Amor con amor se paga; a la vez que se introdujo en el campo de la dramaturgia al redactar el drama simbólico La adúltera.
Junto con su entrañable amigo Fermín Valdés asistía con frecuencia el Teatro Principal y debido a su amistad con los actores Leopoldo Burón y Teodora Lamadrid, se les permitía sentarse en el palco 13, el cual disponía de una posición muy privilegiada.
Asimismo visitaron la célebre basílica barroca Nuestra Señora del Pilar, un famoso sitio de peregrinación con un santuario de la Virgen María y varias cúpulas, situado sobre el río Ebro, en el centro de la ciudad, e igualmente disfrutaron de la belleza del estilo mudéjar que combinan la arquitectura islámica y gótica, a la vez que conocieron de la calidad y soberbia manufactura de la alfarería, así como el imponente palacio morisco del siglo XI, y la Catedral del Salvador.
Poco antes de marcharse de Zaragoza Martí se mudó a la calle Del Olmo, muy cercana a Manifestación y al Mercado Central.