En el año 2021 estuvo marcado por los estragos multidimensionales de la pandemia, entre ellos los generados por el confinamiento y la informalidad del mercado laboral. Lo poco que había avanzado la región en materia de reducción de la desigualdad se ha vuelto agua y sal. La incertidumbre y la pobreza potencian la inestabilidad social y la crisis política. Como tendencia persiste el voto de castigo a los Gobiernos de ineficaz desempeño económico.
Entre los hechos que marcaron el año habría que mencionar el magnicidio aún irresoluto del presidente haitiano Jovenel Moïse (7 de julio); el ascenso al poder del banquero neoliberal Guillermo Lasso, en Ecuador (11 de abril); las victorias de las opciones progresistas representadas por Pedro Castillo (Perú, 28 de julio) y de Xiomara Castro (Honduras, 28 de noviembre, asume el 22 de enero); mientras que Nicaragua y Venezuela consolidaron sus posturas: Daniel Ortega ganó las presidenciales del 7 de noviembre y Nicolás Maduro recibió un espaldarazo popular el 21 de noviembre al ser mayormente elegidos los candidatos regionales que representan al Gran Polo Patriótico lidereado por el Partido Socialista Unido de Venezuela.
La novedad decembrina llegó desde Chile, con el triunfo del joven Gabriel Boric, al frente de la coalición izquierdista Apruebo Dignidad.
Para el 2022 podemos esperar movidas en la política exterior de Estados Unidos que impacten en la región. La sombra perenne del imperio gravitará con más intensidad en el segundo semestre, cuando se acerquen las legislativas de medio término (8 de noviembre del 2022), reto que marca el proceder del mandatario de turno, en este caso el demócrata Joe Biden, de cara a las presidenciales internas del 2024.
La agenda latinoamericana anuncia comicios presidenciales en Costa Rica, Colombia y Brasil, con previsible balotaje debido a la alta polarización y fragmentación política.
Como detalle vale añadir que desde 1978 a la fecha se han sucedido 15 elecciones presidenciales con segunda vuelta en las que el candidato que ganó en la primera resultó derrotado en la definitiva: cuatro han ocurrido en Ecuador (1984, 1996, 2006 y 2021); tres en Perú (1990, 2006 y 2016); dos en Guatemala (1990 y 2019); dos en Colombia (1998 y 2014); dos en Uruguay (1999 y 2019); una en Argentina (2015) y en Costa Rica (2018).
La mayor distancia recortada entre la primera y la segunda vuelta se registró en Perú (2016), cuando Pedro Pablo Kuczynski descontó 18,6 % a Keiko Fujimori; y en Ecuador (2021), donde Guillermo Lasso remontó el 13,4 % de ventaja que obtuvo Andrés Araúz en la primera cita electoral.