Intercambió Esteban Lazo con vecinos en rendición de cuenta (+Fotos)

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1. En la tarde-noche del Día Internacional de los Derechos Humanos asistí a la Asamblea de Rendición de Cuentas de nuestra Delegada del Poder Popular a los ciudadanos-electores-vecinos de mi cuadra. Después de tanto receso de vida pública experimenté el himno nacional como épica confirmación del sentido humanista colectivo de la vida política nacional. Tal sentimiento fue coronado por un minuto de silencio dedicado a los vecinos muertos a causa de la COVID-19. El ritmo de ese corto tiempo me pareció cargado y muy conmovedor.
   La Delegada informó el orden del día, que de conjunto aprobamos. Enfrentada a la opacidad del deficiente alumbrado público leyó su informe escrito. Repasó los planteamientos acumulados durante la larga jornada de batalla por la vida. Los resueltos, es cierto que menos. Y los no resueltos, un poco más. Pero los examinó con disposición a seguirlos gestionando, lo que me llegó como esperanza y muestra de su claro sentido de respeto público. Confié en ella. Pensé en la necesidad de que encuentre el respaldo institucional suficiente para cosechar, con creces, y, de manera colectiva, esa confianza; también nuestro apoyo. No me gustó, sin embargo, que la atención a comunidades en desventajas empiece a servir para explicar algunos de los asuntos no resueltos, por ejemplo la no posibilidad de un sencillo parque infantil, aunque en el orden material puedo comprenderlo.
   Ante la ausencia, que ella explica como justificada de los representantes de salud, nos convoca a prevenir el dengue, a acudir en caso de síntomas al médico y a gestionar en el policlínico la fumigación del hogar. También habló del caracol africano, ante cuya anunciada persistencia alguien mostró una suerte de asombro-alarma: ¡¿todavía está?!
   Reconoció de corazón al personal de salud que ha prestado servicio durante la pandemia y a los científicos que inventaron LAS VACUNAS. Lo hizo para todos, pero de manera puntual se refirió a los más cercanos a sus electores. Un vecino médico, trabajador de un hospital lejano, no conocido como tal por ella, extendió la felicitación a muchos otros cubanos y cubanas de sectores diversos , cuya compañía experimentó en el centro asistencial donde fue a laborar en esos difíciles días. Ella se mostró apenada por su desconocimiento, pero se superó en el reconocimiento a jóvenes que, ante un llamado a trabajar en el hospital de la UCI, voluntariamente se incorporaron y ahora son ya trabajadores de salud. Marcó la diferencia entre estos y otros que, al principio dispuestos, declinaron cuando supieron que, en lo inmediato, no había salario por el medio.
   Llega el momento de los planteamientos. Una ciudadana insistió en el agasajo al personal de salud y demás colaboradores, al esfuerzo del país para enfrentar la pandemia y buscó orientación para conseguir acceso a la consulta post-covid, que ella, su familia y algunos otros vecinos que enfermaron no han logrado, aún cuando mostró saber de muchos conocidos que sí la han recibido. Sabe que algo (alguien) trabó el flujo de su derecho. Otro ciudadano optó por reiterar el reconocimiento ya traído por la Delegada al vecino que ha hecho de permanente guardián para evitar el regreso al basurero, de un año atrás, alrededor de los tanques de basura. Él reclamaba un agradecimiento de sus conciudadanos para ese acto de bienestar colectivo. Pidió a los demás seguir colaborando. Un tercer ciudadano interpeló la acción de ETECSA para mejorar la cobertura en la zona, pues varios vecinos no tenemos más opción que publicitar en pasillos la conversación privada que debió ocurrir puertas adentros. Antes de comenzar la Asamblea ese mismo vecino nos había comentado, a mí y a mi esposa, la buena atención que recibe, en el Oncológico, su muy enferma esposa. Noté que en medio de su dolor agradecía la calma de aquel regalo generoso de médicos-MÉDICOS, tras los cuales hay una Revolución que respeta, todo cuanto puede, pujando incluso más allá de quienes boicotean su obra, los derechos humanos del pueblo entero, consciente de que ha de seguir para más y mejor, a pesar de los obstáculos y contando con nosotros mismos. Otro ciudadano-vecino nos activó la añoranza por alcanzar “la papa”, que se surte en un único puesto al que acceden miles y miles de clientes. La delegada recepcionó el problema con muestra de haberse ya ocupado de eso, sin lograr sostener un alivio, ni anclar en nosotros seguridad inmediata. Creo, sin embargo, que algo va a resolver porque se mostró dispuesta y sensible para arrancar, “del león, aunque sea un pelo”. En esa cuerda anunció una micro-feria para el próximo 23.
   Con agradecimientos por la buena asistencia, la delegada dio por terminada la Asamblea. Pero, al retirarnos, una madre, orgullosa de sus pequeñas hijas, nos pidió que esperáramos. Sus niñas, con evidente voz educada, cantaron una canción-homenaje a Fidel. Creo que los de más edad evocamos, emocionados, al CAMPEÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS en condiciones de subdesarrollo y asquerosa agresión enemiga. Todos respetamos. Aplaudimos con deseos. La ciudadana sin consulta post-covid gritó a viva voz: ¡VIVA FIDEL! Los demás coreamos con ganas.
   Nuestro segundo intento de regresar a casa lo cortó otra vecina y su niña para enseñarnos un sencillo video intitulado, más o menos, “Pequeñas cosas de Fidel”, donde Eusebio Leal cuenta del mensaje que Fidel envió a Felipe González por intermediación del Gabo, calificándolo de Re-Contra-Mari…
   Así de Re-Contra-Mari… son los que solo ven las manchas y más aún, los que se pliegan a la canalla.
   No existen razones NI PARA MEDIO PASO ATRÁS en lo alcanzado PERFECTIBLE
   Un ciudadano de la zona 122 de los CDR, San Agustín, La Lisa.
   10 de diciembre de 2021

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