Según el diccionario, increíble es algo que parece mentira o es imposible o muy difícil de creer, y también significa que causa gran admiración o sorpresa.
Las dos acepciones me parecen aplicables al caso cubano. A muchos en otras partes del mundo les resulta difícil de creer que una nación pequeña y subdesarrollada haya podido resistir durante más de seis décadas el asedio del imperio más poderoso de la Tierra, empeñado a toda costa en torcer su rumbo independiente. A otros, semejante resistencia les sorprende o les causa admiración.
Los que nos admiran son los que ven a esta tierra como la luz al final del túnel del injusto orden neoliberal, porque constatan que es una nación capaz de compartir lo que ha logrado con quienes lo necesitan. Y lo demuestran la Operación Milagro, el programa Yo Sí Puedo, y tantas acciones solidarias.
Padecemos, sí, de muchas carencias que ocasionan angustias y desesperación. Ello se derivó de un plan deliberado del poderoso vecino del Norte cuando tras reconocer el mayoritario respaldo popular a la Revolución decidió que el único modo previsible de restarle apoyo interno era mediante el desencanto y la insatisfacción surgidas del malestar económico y las dificultades materiales. Por lo tanto había que emplear todos los medios posibles, y así se ha hecho durante más de seis décadas, para debilitar la vida económica de Cuba.
En vano han intentado convencer al mundo de que la causa de esas desventuras ha estado en la ineficiente gestión del Gobierno cubano. Levanten el bloqueo y sabrán lo que los cubanos somos capaces de hacer, si con ese pesado fardo hemos podido seguir adelante.
Próximo a concluir el actual año debemos recordar una interesante reflexión del Che en su obra El socialismo y el hombre en Cuba, cuando se refirió a actos de valor y sacrificio realizados por todo el pueblo en momentos excepcionales de nuestra historia y dijo que encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica es una de las tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.
Si bien falta un gran trecho por recorrer en ese propósito, no hay dudas de que en los últimos tiempos se ha manifestado ese comportamiento ¿De qué otro modo entender que hayamos podido sobreponernos a los recortes de combustible, o al empeño enfermizo por generar cada vez más trabas a la economía y al comercio, el boicot al turismo y a tantas medidas agresivas? Nuestro Presidente Miguel Díaz Canel sintetizó así la capacidad de soportar esa situación casi insostenible: “Nos tiraron a matar y estamos vivos”.
¿Y cómo no calificar de actitud heroica el hecho de que la ciencia cubana haya sido capaz de crear vacunas y protocolos propios de tratamiento para poner a raya una pandemia que asola al planeta y nos ha dado soberanía cuando los ricos en el mundo se han repartido las vacunas como han querido?
”Ustedes, junto al personal de nuestra salud, salvaron al país y eso Cuba nunca lo va a olvidar”, expresó recientemente Díaz- Canel a los científicos.
Y mencionó un hito que no dudamos en calificar de heroico, el haber logrado concluir una inversión que veloró de futurista: el nuevo Complejo Industrial Biotecnológico CIGB Mariel con capital cien por ciento cubano, y con diseño nuestro.
La economía se ha estado transformando para abrir nuevos rumbos a la eficiencia y los trabajadores están comprometidos a hacer realidad esa política que apunta al futuro. El Parlamento cubano se empeña la aprobación de nuevas leyes para perfeccionar nuestro sistema político y alcanzar la mayor justicia posible.
La historia increíble que ha vivido este archipiélago del Caribe ha puesto a prueba a sus hombres y mujeres y ha convertido a grandes masas del pueblo en héroes cotidianos.
Otros han abandonado las filas, o han buscado nuevos horizontes. Nadie les niega ese derecho.
Como señaló el Comandante en Jefe no basta con haber sido revolucionario ayer, hay que saber ser revolucionario hoy, hay que saber ser revolucionario mañana. Y a los cansados les dijo que incluso se puede ser revolucionario no estorbando.
“No nos conformaremos – enfatizó- con media Revolución, jamás nos resignaremos al mínimo, sino al máximo, jamás nos detendremos en la mitad del camino”.
El año 2022 nos compulsa a mirar adelante para seguir construyendo esa historia increíble y heroica que nos ha tocado vivir.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …