“Impresionaba la sencillez de Fidel, de un líder de su estatura que dedicara tiempo para atender a todos y a tantos temas diversos; no se cansaba de indagar, de escudriñar en los detalles de las plantas, de las que podrían reproducirse a través de la agricultura urbana o para alimento animal”.
Enrique Vinent Serrano, especialista en fibras del actual Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova, rememora aquel encuentro con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el año 2014, luego de saber sobre las investigaciones que desarrollaba con la flor de Jamaica.
“Me mandó a buscar. Estaba ataviado con un sombrero de yarey y mangas largas, dispuesto a emprender algún recorrido por el campo, bajo el sol. Fidel tenía una paciencia extraordinaria, después de horas conversando, haciendo preguntas a varias personas que fuimos allí aquel día, contaba chistes como si nada, fresco, conversador y risueño, como si el tiempo no transcurriera. Quería saberlo todo”.
En 1986 el investigador comenzó a vincularse con el Comandante en Jefe a través del ministro de la Agricultura.
“El principal interés de Fidel era el serení o flor de Jamaica, una planta con propiedades alimenticias y medicinales, de fácil cultivo, que la convierte en alternativa agroecológica, sobre la cual investigábamos en el Instituto Liliana Dimitrova, y llevamos a eventos con resultados halagüeños. Pero en ese único encuentro Fidel también quiso saber sobre el instituto, los proyectos fundamentales y su vínculo con la producción”.