Aunque muchos creyeron que era imposible debido a la situación económica que atraviesa la nación, desde el 18 de noviembre, y hasta el 28, se desarrolla en Camagüey la Feria Nacional de Artesanía, que organiza el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC).
Como es usual, el evento acontece en el Recinto Ferial, pero por esta ocasión solo se ubican en el pabellón uno los 25 creadores, procedentes de Cienfuegos, Las Tunas, La Habana y Ciego de Ávila, que pudieron asistir.
Calzados, textiles, cerámicas utilitarias, mobiliario, entre otras opciones se pueden adquirir en la cita camagüeyana, la cual, por primera vez, incluye las muestras de unos ocho trabajadores por cuenta propia.
Según explicó Beatriz Ochoa Pupo, especialista en comunicación de la filial agramontina del Fondo, esta posibilidad de contar con los trabajadores por cuenta propia es una manera de destacar la calidad y capacidad productiva de los mismos, sobre todo los del textil y el calzado. Además, añade, esto contribuye a contrarrestar el déficit de productos no cubiertos por los miembros del Registro Nacional del Creador.
Gabriel García Hechavarría es uno de esos noveles emprendedores que expone en el encuentro.
“Comencé trabajando, cuenta, con el mosaico tradicional, con molduras de yeso y ahora traje a la Feria los trabajos con maderas como lámparas, ordenadores. Desde que nos convidaron a participar dijimos que sí, porque estar en estos eventos es una gran oportunidad para comercializar y ampliar nuestro mercado”.
Por su lado, Alberto Cabalé Reyes lleva unos 25 años vinculado con el FCBC y siempre apuesta por mostrar en la Feria lo último en lo que trabaja.
“Este año, comenta, traje juegos de sala y diferentes modelos de butacas, repisas, banquetas, camas, pues ser lo más contemporáneo posible y que todo tenga calidad son mis principales objetivos».
“Estar vinculado al Fondo durante estos años ha sido esencial para la comercialización de los productos y la adquisición de materias primas, que es fundamental para la realización de las obras”.
Aunque para muchos sean pocas las ofertas, el encarecimiento de las materias primas dificultaron un poco la presencia de mayor cantidad de creadores, pero como apuntó Belkis Cruz, directora de la filial, se intentó garantizar la mayor variedad de productos posibles.
“El pueblo, acota, está ávido de la feria. Después de lo que hemos pasado con la pandemia volvemos pensando en demandas insatisfechas. Quizás no podamos satisfacerlas todas, pero es una oferta digna y lo más variada posible”.