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Ciento cincuenta años transcurrieron entre 1811, año en que se editó en Cuba por primera vez El Correo de las Damas, publicación pionera destinada al público femenino, y el 15 de noviembre del 1961, cuando nació la Revista Mujeres, entendida por sus hacedoras como una ruptura con el periodismo que para ese sector se hacía en el país.
“No somos herederas de ninguna. Las publicaciones femeninas de Cuba (menos Minerva) estaban editadas y pensadas, en líneas generales, para la clase alta del país y la mayoría de los temas se hacían desde los EE.UU.”, reconocieron Iraida Campo Nodal, directora de la editorial de la Mujer y de la revista; Aurika Rubio García y Alina Carriera Martínez, editoras de Mujeres en la web, así como la veterana periodista Gladys Egües Cantero, con quienes Trabajadores intercambió preguntas y respuestas.
Tras el triunfo de la Revolución la problemática femenina ocupó un espacio destacado dentro de la dinámica de rupturas y transgresiones instaurada en la sociedad cubana. En ese contexto se consolidaron derechos que habían sido consagrados en la legislación nacional durante la primera mitad del siglo XX (sufragio, divorcio y aborto, por solo citar tres ejemplos), y se conquistaron otros como el de la inserción plena al trabajo remunerado, a la igualdad salarial y a ocupar cargos de dirección, entre otros.
La Revista Mujeres fue testigo y parte de esa labor transformadora. Por ella desfilaron alfabetizadoras, brigadistas sanitarias, milicianas y pioneras de los más diversos oficios y profesiones… Entre las firmas de los colaboradores que prestigiaron sus páginas destacan glorias de la literatura cubana como Dora Alonso o Roberto Fernández Retamar.
Ese acompañamiento ha llegado hoy al ciberespacio, con sus diversas modalidades de participación.
“Los hitos editoriales de Mujeres se han transformado con los tiempos, el primero fue la educación social de la mujer, visibilizar su incorporación a la sociedad, lo que ellas hacían por la Revolución y lo que la Revolución hacía por ellas”, aseguraron las entrevistadas.
Otros temas han estado siempre, como la denuncia a la violencia de género en todas sus manifestaciones, el quehacer de las mujeres en la industria y en toda la actividad económica del país. También cuestiones vinculadas al envejecimiento poblacional, la salud preventiva, el embarazo en la adolescencia, la cultura jurídica desde una perspectiva de género, el trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas, las mujeres en la defensa de la patria, “siempre con una mirada no sexista, sino que involucre a toda la familia”.
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Justo unos días después de que Mujeres viera la luz, nació Isabel Moya (La Habana, 25/11/1961—4/3/2018), quien entró a la revista recién graduada de Periodismo y llegó a convertirse en directora de la publicación, de la Editorial de la Mujer, y en experta en Género y Comunicación, disciplinas sobre las cuales fundó una Cátedra especializada y organizó un Diplomado Internacional auspiciado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
La impronta de Isabel, quien fuera distinguida por la Upec con los premios a la Dignidad (2016) y el Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida (2017), resumida en una certera respuesta de febrero del 2018, marca los derroteros de Mujeres hoy:
“Creo mucho en ese periodismo que ayuda a reflexionar sobre lo cotidiano, que nos informa de lo que pasa en Siria, en el Fondo Monetario Internacional, pero que también habla sobre cómo la familia debe asumir un hijo o una hija con una orientación sexual diferente. (…) Vivir es un hecho natural, un hecho biológico, pero a vivir también se aprende, y por eso la humanidad ha inventado la literatura, la religión, la psicología, y también ha inventado el periodismo”.
