Alegría, felicidad, satisfacción, confianza en el Sistema Nacional de Educación y en la salud pública cubana, son algunas de las respuestas que ofrecieron algunas madres sobre sus expectativas, a propósito de que este 15 de noviembre la enseñanza primaria reanuda el curso escolar 2020-2021, excepto el 6°. Grado, que lo hizo el pasado lunes 8 de noviembre.
Luego de varios meses de recibir en el hogar las actividades docentes televisivas, sin lugar a duda hoy es un día de fiesta para los más pequeños de la casa y sus familiares, ya que padres y abuelos también contribuyeron a que este proceso avanzara y los niños recibieran los contenidos de las diversas asignaturas. Expresivas fueron las palabras de Mary Amelia Pérez Becerra, Amaya Flores Espineira, Lucas Samuel Ortiz y Camila Pérez González, quienes cursan prescolar, 1°., 2°. y 4°. grados, en las escuelas primarias Unión Internacional de Estudiantes, de Plaza de la Revolución; Roberto Poland-Eduardo Saborit, del Cerro; Felipe Poey Aloy, de Arroyo Naranjo, e Ismaelillo, de Boyeros.
Todos coincidieron en que hoy es un gran día. “En la escuela aprendo los colores, las figuras geométricas, las vocales, también recorto y pinto. Mi maestra Reglita me enseña poesías y juegos divertidos”, dijo Mary Amelia.
Lucas —quien a sus 8 años ya tiene definida su vocación, desea ser médico— siente alegría por la reanudación del actual período lectivo. “Quiero aprender mucho en clases, ver a mis amiguitos y jugar con ellos”. En tanto, Amaya afirmó que “estudiar en la casa resulta muy aburrido, mejor es estar en la escuela junto con mis compañeros y a mi maestra María”.
Camila señaló que no le molesta levantarse temprano cada día. Está deseosa por ir a clases y, aunque le falta la tercera dosis de Abdala, dice que tomará todas las medidas para no contagiarse. Ya usa la pañoleta roja y entre sus sueños está el pasar de grado.
Interesantes fueron los criterios de las madres. Por cierto, preocupadas y dedicadas a la educación de sus hijos. Yaimara Becerra Muñoz, trabajadora del Instituto de Información y Comunicación Social (antiguo ICRT) comentó que son numerosas sus expectativas con esta reanudación, pues su hija Mary Amelia cursa prescolar, un grado donde el juego y la socialización con los niños son fundamentales para el desarrollo. “En lo que a mí respecta, me siento muy contenta, porque ahora podré trabajar con más tranquilidad y no solo desde casa, como he tenido que hacer en tiempos de pandemia”, enfatizó.
Por su parte, Elisa Espineira Fernández, quien labora en Etecsa, resaltó que asumió con absoluta responsabilidad la visibilidad de las actividades docentes televisivas por parte de su pequeña Amaya, además de los repasos en el hogar, pero “no es lo mismo que asista a una institución escolar, donde hay un personal capacitado para asumir la enseñanza y, además, tenga la posibilidad de compartir con sus amigos”.
Yazenia Linares Vega, investigadora del Instituto de Meteorología, y madre de tres pequeños, entre ellos Lucas, agradeció el quehacer de las maestras de la escuela Felipe Poey Aloy, los cuales durante toda la pandemia de la COVID-19 han estado visitando los hogares para monitorear y evaluar el aprendizaje de los alumnos. Consideró que es el momento para que los niños “retomen su etapa estudiantil”, teniendo en cuenta lo oportuna y necesaria que ha sido la intervención con las vacunas a este segmento poblacional.
“Las actividades docentes televisivas han desempeñado un papel importante, pero no sustituyen al maestro en el aula. Esta reapertura del curso implica un reto extraordinario para los docentes, las familias y los escolares, quienes han permanecido mucho tiempo en casa y ahora tendrán que esforzarse doblemente”, subrayó Ingrid González Alsina, madre de Camila y trabajadora del laboratorio Reynaldo Gutiérrez.