Hasta hace unos meses Rafael Jardón llevaba un sistema manual de las entregas del comercio electrónico que implicaba bastante papeleo y gastos. Ahora todo está en la computadora, y cada trabajador de Citmatel puede tener en su teléfono las órdenes de entrega a domicilio de lo que compran sus clientes.
Con la aplicación Tentrego cualquier integrante del colectivo de Citmatel puede contribuir a la gestión de venta de la empresa, como una actividad adicional fuera de su función principal, al llevar los pedidos hasta las casas de las personas que viven en su municipio.
Ello representa un beneficio económico para la entidad e igualmente para el trabajador, porque esa participación se tiene en consideración luego en la distribución trimestral y anual de las utilidades. La clientela, por supuesto, está más contenta, por la rapidez con que reciben sus pedidos.
Esto es solo un ejemplo de cómo en Citmatel la ciencia está en función de la eficiencia, el confort y la calidad de sus productos y servicios, una filosofía que desde marzo último la convirtió en una de las primeras empresas de alta tecnología (EAT) del país.
No es de un día para otro
“Hay un grupo de factores que condujeron a conseguir esa condición, que no son de un día para otro, son históricos”, razonó Beatriz Alonso Becerra, directora de Citmatel.
Cuando en febrero del 2020 dio a luz el Decreto 2 que estableció la creación de las EAT, en esa entidad de Innomax, grupo empresarial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, se percataron de que cumplían con muchos de los indicadores para alcanzar dicha condición.
Alonso explicó que casi desde su surgimiento hace ya 22 años esa entidad aplicó el perfeccionamiento empresarial, un sistema de gestión avanzado en su momento, lo cual determinó que requisitos como la contabilidad y el control fueran parte siempre de la cultura de esta empresa que hoy cuenta con alrededor de 260 trabajadores, y representación en 12 provincias del país y en el municipio especial Isla de la Juventud.
Al ser del sistema de la ciencia, Citmatel sobresale porque más del 75 % de sus empleados son profesionales universitarios, y de ellos alrededor del 16 % posee grado científico, apuntó Norberto Rosado Marrero, director de Recursos Humanos.
Citmatel trabaja a ciclo completo desde la investigación aplicada e innovación, hasta el diseño de los productos y servicios, el desarrollo y la producción, la elaboración de los modelos de negocios y finalmente su comercialización en un ciclo ininterrumpido que incluye las mejoras y perfeccionamiento constantes.
La innovación es intrínseca al desarrollo de la institución, manifestó su directora, quien también mencionó la vocación exportadora en materia de servicios de informática y comercio electrónico.
Al respecto, Mariana Saker, jefa del Departamento de Comunicación y Mercadotecnia, destacó otro gran resultado de Citmatel, al ser la desarrolladora de la pasarela de pagos Gyscom, sobre la que descansa la gestión de sus tiendas electrónicas, con más de 200 proveedores hacia la industria nacional que encadenan sus producciones con la comercialización que allí promueven.
Como empresa que asimila rápido las transformaciones del entorno para incrementar sus ofertas, Saker expresó que ya Citmatel identificó las nacientes Mipymes como un significativo sector de mercado para sus soluciones informáticas en cuanto a contabilidad, control y administración.
La empresa de alta tecnología es un modo de hacer las cosas, que se refrenda con indicadores, los que se reevalúan cada tres años y no son sencillos. Asimismo, hay que mantenerlos en condiciones complicadas, de bloqueo, insistió Alonso Becerra.
Al ser una EAT persisten una serie de beneficios económicos que Citmatel aprovecha, como es la reducción del impuesto sobre las utilidades hasta un 15 % (del 35 % que pagan como normas las restantes), lo que les permite disponer de más recursos financieros para otros conceptos, como investigación y desarrollo, o para distribuir entre los trabajadores. Además, recibe exenciones de aranceles para importar tecnologías.
Pero tal vez la principal ventaja que tal condición implica, ahora cuando ya todas las empresas gozan de importantes facultades que las ponen en similar situación en materia de autonomía y decisión, es de cara a sus clientes y a la sociedad.
“Moralmente ese reconocimiento público es un beneficio y un compromiso —añadió Beatriz Alonso—. Crea dentro del colectivo laboral una cultura de hacer las cosas bien”.
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La experta en Políticas de Ciencia y Tecnología, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), María Esther Cruells Freixas, señaló que esta nueva forma de gestión responde al Lineamiento 114 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución que mandata la definición y creación de la categoría de Empresa de Alta Tecnología, con estímulos fiscales, tributarios, para promover aquellas que basan su economía en el uso de la ciencia y la innovación, en su más amplia concepción.
Al referir los antecedentes de esta figura, comentó la creación décadas atrás de centros de investigación en el sector de la biotecnología y la industria médico-farmacéutica, que han ido dinamizando el conocimiento. “Hoy estamos recogiendo frutos, y cada vez son más innovadores”.
Para el diseño de lo que serían las EAT en nuestro país se estudiaron determinadas experiencias internacionales, pues estas organizaciones están concentradas en países asiáticos, como China; en Estados Unidos y otros, y se mueven en términos de la Química fina, los nuevos materiales de la biotecnología, la informática y las comunicaciones, el sector de la energía, por mencionar algunos.
Las empresas de alta tecnología —aseveró— presuponen un modo de pensar diferente, una forma de gestión encaminada a transformar, a acelerar el conocimiento, la ciencia y la tecnología de una manera intensiva para producir bienes, servicios o procesos que se traduzcan después en impactos en la economía, en la sociedad. Y ello fortalece el sistema empresarial.
Consideró que hacia este camino se enfocan las políticas que se van diseñando, y explicó que también se ha pensado en el sector no estatal. “¿Qué los limita? Si están reconocidos en la Constitución, son parte de la sociedad, solo deben cumplir los parámetros establecidos”.
Citmatel, perteneciente al Citma, y los centros de ingeniería genética y biotecnología, inmunología molecular, biopreparados, Laboratorios Aica, inmunoensayo, neurociencias de Cuba y, más recientemente, el Complejo Industrial Biotecnológico CIGB Mariel ostentan esta categoría, de gran trascendencia para el desarrollo del país.
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