La implementación hoy de una ayuda financiera y técnica para la recuperación del empleo tras la pandemia de la Covid-19 evitaría una brecha aún más grande entre los países industrializados y en desarrollo, advirtió la OIT.
Un nuevo estudio de ese organismo de la ONU señaló esta semana que las disparidades entre las economías empeoran las proyecciones del mercado laboral hechas a inicios de 2021, que apuntaban a una pérdida de 3,5 por ciento de horas trabajadas, o 100 millones de empleos a tiempo completo, respecto a 2019.
El comportamiento actual indica que al terminar 2021 sumarán 125 millones de empleos los perdidos, con grandes diferencias entre los países pobres y ricos.
La recuperación desigual estanca la actividad laboral, dijo la agencia especializada en el trabajo, que atribuye el atraso del repunte en las naciones pobres a la falta de acceso a las vacunas y los estímulos fiscales.
«Es dramático que estas tendencias vengan determinadas por la desigualdad de la distribución de las vacunas y de la capacidad fiscal, y es acuciante solucionar ambos aspectos», dijo el director general de la agencia, Guy Ryder.
Para la OIT, los desequilibrios podrían contrarrestarse aumentando el nivel de solidaridad mundial en torno a las vacunas, ya que si los países de ingreso bajo tuvieran el mismo acceso a las inmunizaciones, la recuperación de las horas de trabajo se equipararía a la de las economías más ricas en poco más de un trimestre.
En cuanto a los paquetes de estímulo fiscal, el organismo subrayó que el 86 por ciento de los apoyos globales se concentran en las naciones de ingreso alto.
También como consecuencia de la pandemia, esa organización prevé un ensanchamiento de la brecha de productividad entre los países avanzados y en desarrollo a niveles superiores a la existente en 2005.
(Tomado de PL)