La muerte es parte de la vida. Es el punto final de la existencia. Sin embargo, cuando sucede de pronto, de manera brusca, el dolor suele paralizarnos.
Así sucedió cuando a escasas horas de haberla visto dinámica y alegre —como solía ser— en el acto por el aniversario 60 del semanario Palante, se nos fue Mercedes Azcano Torres (La Habana, 13 de septiembre del 1963-20 de octubre de 2021), mujer apacible e incondicional a sus amigos y colegas y, sobre todo, al equipo de trabajo que con tino dirigió y en el que dejó profundas huellas.
Hace 10 años, con motivo del aniversario 50 de esa publicación humorística, me dijo: “Por el sentido de pertenencia de este colectivo es estimulante dirigir Palante”. Allí ganó respeto y admiración entre sus colegas, a los que instaba a hacer diferente cada número, en concordancia con el gusto de los cubanos de estos tiempos.
Decía que Palante desbordaba su asombro… y atribuía, como quien, por sobre todas las cosas, ama su oficio, como el mayor atractivo de esta publicación “su gancho editorial, es decir, el humor costumbrista y la sátira política para fustigar muchos males sociales”.
Trabajadora de la cultura, Mercedes partió cuando evocábamos el Día de la Cultura Cubana, a la que también entregó su talento como realizadora y guionista, redactora de prensa y de cuentos cortos…; amén de su solidario desempeño en la Unión de Periodistas de Cuba. Allí íbamos en busca de Mercedes, quien siempre será recordada como una de las mujeres más sobresalientes del periodismo y el humor insulares.