En coherencia con las convenciones internacionales de las cuales Cuba forma parte, el Anteproyecto del Código de las Familias afianza la voluntad del país para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de velar por los derechos de las niñas, niños y adolescentes y de las personas con discapacidad.
Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), señaló en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que la norma propuesta, en su versión 22, desarrolla varias instituciones y dentro de ellas modos de resolución de conflictos que se puedan presentar, acorde con las proyecciones y los postulados de estas convenciones y de recomendaciones específicas a la nación.
Mencionó como ejemplo el reclamo a nivel mundial de la prohibición del matrimonio de menores de edad, aspecto que en el Código de la Familia vigente, de 1975, aunque se reconoce el matrimonio a partir de los 18 años, se autorizan excepcionalmente por causa justificada matrimonios de niñas de 14 y de varones de 16, con el permiso de madres, padres u otros tutores legales.
No obstante, estudios sociológicos, psicológicos y demográficos demuestran que los matrimonios y uniones en esas edades, principalmente en las niñas, provocan la deserción escolar, y a menudo se realizan con personas mucho mayores, lo cual suele derivar en desigualdad y embarazos en la adolescencia, acotó la Doctora en Ciencias Jurídicas.
Explicó que ese fenómeno también está vinculado con un corte abrupto del desarrollo biopsicoemocional de las menores, quienes se distancian del cuidado parental y asumen una independencia para la cual aún no están preparadas.
Además, continuó, cuando estos matrimonios se autorizan con extranjeros pueden darse situaciones de trata de personas, donde se dispone de niñas y adolescentes para cuestiones vinculadas a la prostitución.
En aras de fortalecer la protección a ese grupo, el Anteproyecto propone elevar la edad excepcional para el matrimonio de 14 a 16 años en las niñas, y que solo el tribunal lo autorice bajo situaciones muy especiales, puntualizó la también Profesora Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana.
Añadió que, a su vez, se potencia la participación de las niñas, niños y adolescentes en las relaciones familiares, el derecho de ser escuchados, vivir en ambientes libres de violencia, disfrutar de la corresponsabilidad parental, y estar protegidos frente a todos los espacios violentos, como los digitales, que requieren ser controlados para que los infantes se benefician de ellos sin afectar su desarrollo.
González Ferrer comentó que en la propuesta de normativa se prioriza, ante cualquier conflicto, el interés superior de los menores implicados, para lo cual se fortalecen las instituciones de guardia y protección y se presenta el acogimiento familiar como una alternativa válida y preferible a los acogimientos institucionales.
Añadió que, asimismo, existen artículos específicos dirigidos a la situación de discapacidad de niños, niñas y adolescentes, y por otra parte, en beneficio a la autonomía de las mujeres se plantea la posibilidad de pactar el régimen económico del matrimonio y las uniones de hecho, lo cual busca que las féminas puedan determinar el tipo de régimen que quieren en esas relaciones jurídicas.
Pienso que este Anteproyecto acoge en toda su magnitud los contenidos de las convenciones internacionales, y su implementación constituirá una fortaleza, porque son cuestiones ampliamente investigadas y promovidas en el ámbito internacional y que Cuba defiende en pos de los derechos humanos, subrayó la experta.
Esta semana concluyen las consultas especializadas en torno a la versión 22 del Anteproyecto del Código de las Familias, que ha comprendido el intercambio con 47 instituciones del país vinculadas al tema.
Próximamente, se entregará una versión más completa de la propuesta a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) para tras su aprobación someterla a consulta popular. (Tomado de ACN)