El director general de la OIT, Guy Ryder, advirtió hoy sobre una recuperación desigual y destacó la necesidad de aumentar las inversiones en protección social universal, trabajo decente y una transición verde justa.
En una declaración ante las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el máximo responsable de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) pidió respaldo al Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social, lanzado por las Naciones Unidas durante la Asamblea General del mes pasado.
Se trata de impulsar una recuperación centrada en las personas y capacitarlas para afrontar los desafíos de un mundo laboral en rápida evolución, a través de este programa que aumentaría las inversiones en protección social universal, trabajo decente y una transición justa y ecológica, significó Ryder.
En la declaración recordó cómo la pandemia ha sido especialmente devastadora para los más vulnerables, sobre todo para las mujeres, los trabajadores de la economía informal y los niños, quienes se enfrentan a un futuro muy diferente dependiendo de donde vivan.
“La recuperación es profundamente desigual, estimulada por las grandes diferencias entre las economías avanzadas y en desarrollo en el acceso a las vacunas, la capacidad fisica y la habilidad de los gobiernos para responder, una creciente brecha digital y la amenaza de una inminente crisis de la deuda”, apuntó.
Esto está creando una gran divergencia, que pone en riesgo la propia recuperación y socava la confianza y la solidaridad, sentenció Ryder.
Se calcula que en 2020 se perdió el 8,8 por ciento del total de horas de trabajo en todo el mundo, equivalente a las horas laboradas en un año por 255 millones de empleados a tiempo completo.
El director general de la OIT destacó que los gobiernos pusieron en marcha una respuesta sin precedentes en materia de empleo y protección social para proteger la salud y los ingresos de las personas, pero fueron medidas insuficientes para mitigar la crisis y que dejaron sin protección al 53,1 por ciento de la población mundial, unos cuatro mil 140 millones de personas.
Sobre esa base alentó a los países a tomar el mejor camino hacia la protección social, invirtiendo en sistemas de protección social universales, integrales, adecuados y sostenibles, en línea con los principios de los derechos humanos y las normas internacionales de seguridad social.
También subrayó que los avances en la Iniciativa de Financiación para el Desarrollo deben hacer frente a la inminente crisis de la deuda y desencadenar la inversión en una recuperación inclusiva, sostenible y resiliente, con una asignación sin precedentes del FMI de 650 mil millones de dólares, pero para los países y propósitos que más lo necesitan.