Fotos: Heriberto González Brito y Joaquín Hernández Mena
El retorno a las playas, al malecón capitalino y la autorización para realizar ejercicios físicos en la vía pública y los gimnasios, ha resultado grata noticia para los habaneros.
En reciente reunión, el Grupo Temporal de Trabajo en la provincia anunció la flexibilización de algunas medidas relacionadas con la epidemia en el territorio referidas a ámbitos de recreación y prácticas de actividades deportivas, dada la disminución sostenida de casos confirmados con la COVID-19 junto al favorable avance en la aplicación de vacunas.
Las zonas de playa acogen a bañistas de todas las edades en el disfrute del chapuzón refrescante. Es obligatorio el uso del nasobuco excepto cuando la persona se encuentre dentro del agua. Igual disposición se establece en las piscinas, cuyas capacidades estarán al 50% y en correspondencia con los requisitos epidemiológicos.
Quienes opten por vigorizar los músculos, podrán volver a los gimnasios u otros locales, siempre cumpliendo con rigor los protocolos relacionados con el distanciamiento físico.
[image_carousel source=»media: 285566,285567,285568,285569,285570,285571,285572,285573,285574,285575,285576,285577″ slides_style=»photo» controls_style=»light» crop=»5:4″ columns=»2″ captions=»yes» dots=»no» link=»image» autoplay=»2″ image_size=»medium»]El malecón habanero “reabre” su extenso espacio donde compartir un rato de esparcimiento o dedicar especial paciencia a la pesca desde el litoral. De cualquier modo, habrá que observar las medidas sanitarias para prevenir el contagio.
Bienvenida la esperada y ansiada apertura y flexibilización de las actividades ya mencionadas, mas no significa pasar por alto lo establecido por las autoridades de Salud Pública. El actuar responsable debe acompañar cada momento de disfrute y sana recreación. Se suma a lo anterior el control de los organismos e instituciones para hacer cumplir el uso del nasobuco, el distanciamiento y la protección individual.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.