El mundo del fútbol, tanto a nivel de clubes como de selecciones, se está moviendo. Para algunos en demasía. Aluviones de cambios, competiciones nuevas, otras que aparecen y desaparecen y al fondo, un posible terremoto que la FIFA quiere poner en marcha mucho antes de lo que la gente puede llegar a pensar. Este jueves, en la sede de Zúrich, el máximo organismo del mundo del fútbol va a preguntar a cada uno de los actores del deporte rey, lo que piensa de la opción cada vez más real de disputar un mundial cada dos años.
Se puede decir que la decisión está tomada, pero la FIFA debe someter a votación la iniciativa en el próximo congreso que se celebrará en marzo-abril de 2022. Las cuentas son muy sencillas: 211 votos de las diferentes asociaciones y mayoría simple. Se escucha a todos, pero los que votan son las federaciones, detalle más que importante. UEFA y CONMEBOL se muestran contrarias, pero la posibilidad de abrir la Copa del Mundo a 48 selecciones, cuenta con el respaldo de las otras confederaciones.
La FIFA durante estos días va a intentar convencer a todos sobre la necesidad del cambio, pero la realidad es que el panorama y el calendario será diferente a partir de 2024. Los Mundiales de 2022 y 2026 tendrán lugar en la fecha y el lugar decidido hace tiempo, pero el cambio llegará a partir de ese momento, con una adaptación previa.
Gianni Infantino lo ha tenido claro desde que llegó a la presidencia. No veía lógico que la FIFA solamente fuera protagonista cada cuatro años. Revitalizó muchas competiciones y tan solo la pandemia ha frenado lo que era ya el nuevo mundial de clubes, con un formato diferente y con 24 equipos participando en el mismo.
Ahora el reto que se ha marcado es el de reordenar el calendario y dar visibilidad a la copa del mundo cada dos años. Además, ha escuchado a los clubes y sus quejas que de las constantes cesiones de jugadores para disputar partidos con sus selecciones (tres desde septiembre a noviembre).
Por este motivo, en ese nuevo calendario el mes de octubre quedaría reservado para la disputa de todos los partidos clasificatorios de las diferentes selecciones, por lo que las interrupciones se reducirían. Eso sí, a partir de 2026, momento en el que la metamorfosis sería real. En ese reordenamiento, el mes de junio quedaría para las confederaciones y sis torneos en los años impares.
Arsene Wenger está al frente del proyecto, cuyo principal objetivo es reducir viajes y mirar por la salud de los jugadores, disminuyendo la carga de partidos y aumentando la importancia de los mismos, tal y como han reconocido. Este último es otro de los aspectos que preocupa y mucho a la FIFA: demasiados partidos con poco interés para los aficionados