Alzheimer: una enfermedad progresiva y silenciosa (Especial)

Alzheimer: una enfermedad progresiva y silenciosa (Especial)

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En el mundo hay cada vez más personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, considerada la nueva epidemia del siglo XXI por sus devastadoras consecuencias en la salud de los individuos, las familias y los sistemas de atención de salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamó celebrar el primer Día Mundial del Alzheimer a partir de 1994

Este padecimiento representa el 50-60% de los casos de demencia, nombre que engloba los síndromes cerebrales progresivos que causan el deterioro en el tiempo de una variedad de funciones cerebrales superiores, como la memoria, el pensamiento, el reconocimiento, el lenguaje y la planificación, con suficiente intensidad para interferir en la vida social y familiar de quienes la padecen.

De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamó celebrar el primer Día Mundial del Alzheimer a partir de 1994, y desde el 2012 la organización Alzheimer’s Disease International (ADI) decidió extender la conmemoración por todo el mes de septiembre. Así se consignó el Mes Mundial del Alzheimer, con el fin de crear conciencia sobre la demencia y luchar contra el estigma.

Este año el tema de la campaña es Conozca la demencia, Conozca el Alzheimer y se trata del poder del conocimiento.

 

A nivel mundial se estima que en la actualidad 55 millones de personas vivan con demencia y se espera que esta cifra se duplique cada 20 años

“Durante la campaña, estamos brindando información sobre las señales de advertencia de la demencia y la importancia de un diagnóstico oportuno. Al buscar información, asesoramiento y apoyo, y potencialmente un diagnóstico, las personas están en mejores condiciones de prepararse, planificar y adaptarse”, subrayó el Dr. Cs Juan de J. Llibre Rodriguez, académico, profesor e investigador Titular.

A nivel mundial se estima que en la actualidad 55 millones de personas vivan con demencia y se espera que esta cifra se duplique cada 20 años, llegando a 152 millones para el 2050.

El costo global de la demencia representa más que un trillón (un millón de millones) de dólares, que ya excede el valor de mercado de las empresas más grandes del mundo, incluidas Apple y Microsoft.

 

[box title=»¿Qué es el Alzheimer?» box_color=»#8e098b» radius=»4″]

El Alzheimer es una enfermedad mental incurable que va degenerando las células nerviosas del cerebro y disminuyendo la masa cerebral, de forma que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante que se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.

No existe un tratamiento para prevenir la enfermedad ni para frenar el avance. Se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas y mejoran la calidad de vida de los pacientes, pero solo suelen ser útiles en las primeras fases, perdiendo efectividad en fases más avanzadas.

Una vez que aparecen los primeros síntomas los pacientes van degenerando y se van volviendo más dependientes, de forma que hay que ayudarles para vestirse, asearse, comer. Poco a poco se harán imprescindibles los cuidados permanentes de un cuidador.

El Alzheimer no solo afecta al enfermo sino a sus familiares y entorno, ya que es muy duro ver el deterioro de una persona querida.

Es bueno señalar que después de los 65 años la probabilidad de desarrollar Alzheimer se duplica cada 5 años en que se avanza en edad y a la edad de 85 años esta probabilidad se aproxima al 40%.

Sus síntomas pueden pasar inadvertidos y considerados erróneamente como  parte del   envejecimiento “normal”.

Desconocimiento de las causas

Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma, y aparecen en la región del cerebro llamada hipocampo, que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje y la formación de nuevas memorias. De ahí se extienden a otras partes del cerebro, cuando ya aparece el deterioro cognitivo que, finalmente, desemboca en demencia.

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Su comportamiento en Cuba

El doctor Llibre afirmó que los estudios realizados en la población cubana muestran una prevalencia de demencia de 10 %, lo que significa que una de cada 10 personas de 65 años la padece, similar a la observada en Europa y Norteamérica.

De acuerdo con estas investigaciones —agregó— se estiman en 170 mil las personas con demencia (1.2 % de la población cubana), con una proyección de incremento a 260 mil en el 2030, y 520 mil en el 2050.

Estudios realizados en la población cubana muestran una prevalencia de demencia de 10 %, lo que significa que una de cada 10 personas de 65 años la padece.

La demencia es la primera causa de discapacidad en personas mayores, y trae consigo dependencia, necesidad de cuidado, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador.

Comentó que las investigaciones realizadas en nuestro país sugieren que los factores de riesgo de enfermedades vasculares (entre estos el hábito de fumar, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial en la edad media de la vida, la hipercolesterolemia), predisponen tanto a la enfermedad de Alzheimer como a las demencias vasculares, enfermedades con una elevada prevalencia aquí. De igual forma se confirmó el efecto protector de la educación, el entrenamiento neuronal, las redes sociales y la actividad física.

 

[box title=»Hábitos para reducir su presencia» box_color=»#8e098b» radius=»4″]

Aunque no hay evidencias científicas, se cree que el origen de la enfermedad del Alzheimer se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables, como la edad o la genética. Pero sí existen algunos factores modificables, relacionados con los estilos de vida.

[row][column size=»1/2″ center=»no» class=»»]En este sentido, el Comité de Médicos por una Medicina Responsable publicó un estudio en donde se presentan siete hábitos que podrían reducir entre un 70% y un 80% la presencia del Alzheimer, y son los siguientes:

  1. Reducir el consumo de grasas saturadas.
  2. Hacer de las verduras, frutas, legumbres la base de la pirámide alimenticia.
  3. Consumir alimentos con vitamina E.
  4. Consumir alimentos con vitamina B12.
  5. Evitar los multivitamínicos con hierro y cobre (a menos que lo indique un médico).
  6. Evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio.
  7. Mantenerse activo físicamente.[/column]
[column size=»1/2″ center=»no» class=»»][/column][/row][/box]

 

La COVID-19 y la demencia

La campaña por el Mes Mundial del Alzheimer ocurre este año en medio de la pandemia causada por la COVID-19, cuando se hace necesario el distanciamiento social y el hecho de que las personas mayores permanezcan en sus casas.

Durante la pandemia, los cuidadores evaluados por el Grupo de Investigación Alzheimer, de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, presentaron elevados niveles de estrés o sobrecarga.

Los cuidadores son cruciales para evitar el internamiento y mantener a las personas con demencia en la comunidad.

El estrés en las familias se incrementó con la severidad de los síntomas psicológicos y conductuales, la fase de la demencia, mayores necesidades de cuidados, temor a enfermar por la COVID-19, inseguridad en el futuro y el abandono del trabajo por el cuidado.

La familia y los cuidadores constituyen la piedra angular del sistema de cuidados y soporte en todas las regiones del mundo y, por tanto, experimentan consecuencias psicológicas, físicas, sociales y financieras adversas, con  elevados niveles de ansiedad, depresión y afectación de su salud física. Los cuidadores son cruciales para evitar el internamiento y mantener a las personas con demencia en la comunidad.

En  Cuba, la demencia —en una mayor proporción que cualquier otra enfermedad física o depresión en el adulto mayor— trae aparejadas consecuencias de impacto social, tales como necesidades de cuidado y abandono del trabajo por el conviviente para cuidar y estrés psicológico en el cuidador.

El 90% de los cuidadores pertenecen al sexo femenino correspondiendo generalmente con la esposa, hija u otro familiar cercano, que en muchas ocasiones interrumpe su trabajo por el cuidado. El grado de estrés como consecuencia de cuidar es elevado, encontrándose una afectación psíquica o física en el 50% de estos.

En este 2021 las investigaciones están demostrando los efectos directos e indirectos de la pandemia en la cognición El impacto de la  COVID-19 en el cerebro incrementa la probabilidad de desarrollar demencia y de acelerar los cambios patológicos propios de la enfermedad de Alzheimer.

La severidad y la mortalidad por la (COVID-19) se incrementan con la edad, en particular en las personas mayores y con las enfermedades preexistentes tales como hipertensión arterial, diabetes, cardiopatía y enfermedad pulmonar obstructiva crónica entre otras y, por tanto, el riesgo se incrementa en las personas con demencia.

Un estudio concluyó que el aislamiento social y las medidas de restricción durante la pandemia por la COVID-19 han tenido consecuencias negativas en la salud mental y el bienestar de las personas mayores. Foto: Dunia Álvarez Palacios/ Granma

En un futuro inmediato las tasas de demencia disminuirán temporalmente como resultado del incremento del número de fallecidos. En diversos  países se reporta que el 20 %  de las muertes por COVID-19 ocurren en personas con demencia.

No obstante, a largo plazo las personas con demencia aumentarán de forma significativa debido al impacto neurológico de la COVID-19. Se estima que se incremente en todo el mundo de 55 millones a 78 millones de personas para el 2030, con un incremento de los costos a 2,8 trillones de dólares anuales.

Otro estudio realizado por este grupo de investigación concluyó que el aislamiento social y las medidas de restricción durante la pandemia por la COVID-19 han tenido consecuencias negativas en la salud mental y el bienestar de las personas mayores, al encontrar que un tercio de estas reportaron sentimientos de soledad, depresión, ansiedad e insomnio.

Según el especialista Llibre constituye una necesidad incrementar la promoción, información, educación y soporte a las familias, reconociendo el rol que ellos desempeñan; lograr mayor divulgación sobre el tema a través de los programas de educación para la salud; trabajar en la importancia de la prevención y diagnóstico temprano.

De igual manera es importante desarrollar investigaciones en todas las áreas, biomédica, factores de riesgo, calidad de vida, servicios y tratamientos para enlentecer el curso de la enfermedad; implementar guías de buenas prácticas clínicas en la prevención y manejo de las enfermedades crónicas con una proyección comunitaria; entrenar a los médicos de la atención primaria sobre los síndromes demenciales; reconocer los derechos de las personas con demencia y la de sus familiares, reduciendo el estigma que sufren con frecuencia.

 

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¿Qué hacer para celebrar el Día Mundial del Alzheimer?

[row][column size=»1/2″ center=»no» class=»»][/column] [column size=»1/2″ center=»no» class=»»]Si tienes a alguien cercano con la enfermedad de Alzheimer o conoces a un cuidador principal de una persona con este padecimiento no te detengas. Ofréceles tu ayuda, ya que esta enfermedad es muy exigente en cuanto a los cuidados que deben brindarse. Muchas veces, el diagnóstico llega en un momento difícil y no siempre los médicos saben orientar a la familia.[/column][/row] [/note]

 

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2 comentarios en Alzheimer: una enfermedad progresiva y silenciosa (Especial)

  1. Muy buen artículo…debemos aunar esfuerzos para brindar apoyos y recursos a las personas con este tipo de demencia dado por su incremento como resultado del impacto de la covic en la selenitud y además a los cuidadores que se ha demostrado con estudios que se enferman con sintomas de demencias

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