Buscar los problemas allí donde estén; que la praxis, ver y tocar realidades, caminar las calles e intercambiar con las personas, sean puntos de partida para que los cuadros tomen las decisiones; que las medidas diseñadas se parezcan a la situación de cada territorio; que se organicen sistemas de trabajo eficaces. Que gobernar un país sea el fino y difícil arte de parecernos a la vida.
De tales ideas, y de otras que gravitan y tienen que ver con la existencia de los cubanos, se reflexionó este viernes durante la videconferencia realizada con gobernadores e intendentes del país, encuentro que tuvo lugar en el Palacio de la Revolución y que estuvo presidido por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, por el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, así como por el miembro del Buró Político y secretario de Organización y Política de Cuadros, Roberto Morales Ojeda.
En la jornada, marcada por una agenda bien amplia, el primer punto versó sobre la Política para el ordenamiento de la migración interna en el país. El tema fue presentado por el Vicepresidente Salvador Valdés Mesa, quien recordó que para el proceso de análisis del fenómeno de la migración interna desordenada y las ilegalidades que se le asocian, fue creado un Grupo Temporal de Trabajo integrado por académicos y por los principales organismos que en Cuba tienen responsabilidades en el tema.
Al explicar etapas de acercamiento al problema, Valdés Mesa hizo alusión a la actualización de un diagnóstico de ese desafío social, que tuvo como fuentes lo que sucede en la base y que ha dado como frutos una abundante información. En sentido general, dijo, los territorios tienen bien identificados los barrios, focos y asentamientos ilegales, en una mirada que llega hasta los municipios y Consejos Populares.
Todas las provincias —afirmó el Vicepresidente de la República— disponen de un plan de medidas a corto, mediano y largo plazo, con modos de actuación que no son camisa de fuerza, sino que deben atemperarse a cada escenario. «La solución de este complejo problema, subrayó, será gradual»: la clave, en su entender, será detener el fenómeno, y no permitir que siga en crecimiento.
Con ética y con civismo, se dijo en la reunión, habrá que ir encontrando las soluciones —habrá algunas viviendas, como reflexionó Manuel Marrero Cruz, que en las nuevas circunstancias, si cuentan con los requisitos establecidos, podrían legalizarse—; se pueden ir tomando decisiones desde los territorios mientras se actualizan las normativas, pero no es correcto cruzarse de brazos ante el asunto, pues, como también afirmó Valdés Mesa, «la migración interna fuera de control ha generado vulnerabilidad, desigualdad, marginalidad, pobreza y delito».
Sobre los órganos locales del Poder Popular y su funcionamiento, también trató la videoconferencia. Particularmente valiosas fueron las reflexiones que se hicieron en la reunión sobre la pertinencia de respetar las estructuras de gobernanza, sobre el apego a la constitucionalidad y a cada una de las leyes que rigen la sociedad cubana y garantizan su armonía.
Lecciones para aprovechar
Un recorrido de varios dirigentes -especialmente de directivos del sistema de Salud Pública- por los territorios más golpeados por la COVID-19, arrojó luces sobre los principales problemas que persisten en el enfrentamiento al nuevo coronavirus.
El ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, presentó un detallado análisis sobre las deficiencias que han ido encontrando al paso por las provincias y tras la visita a municipios con situaciones epidemiológicas muy complejas. El titular hizo alusión a varios conceptos que se derivan de haber trabajado intensamente en provincias como Matanzas o Ciego de Ávila, donde los escenarios resultaron ser bien adversos y ya se va viendo el control.
Hace mucha falta la integralidad en el trabajo, manejar bien los recursos humanos, ser eficaces desde la comunidad, abrir las consultas que hagan falta, no olvidar que lo más importante es el paciente, recordar que una sala hospitalaria no es un almacén de personas, y que lo que obra el cambio son la sensibilidad y el humanismo para enfocar la lucha contra la epidemia.
De todas esas lecciones habló Portal Miranda; y seguidamente el viceprimer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, sumó otras reflexiones hechas por él al calor de su paso por los territorios: si en cada situación no tenemos la complejidad a la vista, nos sorprenderán los problemas; el intercambio con la población es imprescindible; hay que buscar las soluciones y no rehuir de las dificultades; batallar contra la negligencia, las mentiras y las indisciplinas; levantar la voluntad de la gente; y siempre preguntar, y mucho, como hacía el Comandante en Jefe Fidel.
En este punto de la reunión el Primer Ministro alertó sobre el peligro de la improvisación cuando se trata de organizar los sistemas de trabajo; habló de que cada territorio se desempeñe con fórmulas propias; y de que prime el espíritu, en los cuadros, de abrirse el pecho e irle encima a los problemas, ser creativos y adaptar las buenas experiencias ya vistas a las situaciones de cada lugar. Y en medio de todo, ir pensando en la importancia de reactivar la economía del país.
Sobre esto último el Jefe de Gobierno comentó que, sin dar bandazos, cada territorio debe ir pensando y diseñar la apertura gradual de sus servicios comerciales y de la gastronomía. Habrá que hacer un análisis exhaustivo — explicó a modo de ejemplo— de los lugares que pueden ser certificados y en los cuales, con una distancia prudencial entre las mesas de los clientes, puedan brindarse determinadas ofertas.
No se trata, acotó, de abrir servicio alguno allí donde haya eventos activos de la epidemia. Los análisis deben ser equilibrados e integrales, pues, como reflexionó Marrero Cruz, «cada provincia es una historia». La idea es hacer bien las cosas e ir pensando en reactivar servicios que irán dando dinamismo a la economía.
Otro tema cardinal que formó parte de la agenda de la videoconferencia fue la información alusiva al trabajo con los barrios a lo largo de la Isla. Al respecto, se hizo referencia a acciones comunes que buscan restaurar lo físico, y también los ánimos de las personas.
En tal sentido se habló de la caracterización de los barrios más necesitados; de propiciar allí proyectos con los cuales revertir desafíos sociales; de aprovechar al máximo las potencialidades de cada lugar; de estudiar —para que funcionen mejor— los servicios básicos enclavados en cada comunidad; de fortalecer los sistemas de atención y prevención social, al tiempo de hacer más robusta esa herramienta imprescindible que es el control popular.
(Alina Perera Robbio/ Presidencia de Cuba)