Este 15 de septiembre, José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud de Cuba, visitó Las Tunas y por otra de esas casualidades que suelen signar la vida Lisdiana Sheila Herrera estaba entre los profesionales del sector con quienes departió en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González.
Lisdiana es hija del doctor puertopadrense Assel Herrera Correa, especialista en Medicina General Integral, quien junto a su colega y especialista en Cirugía, el villaclareño Landy Rodríguez Hernández, el 12 de abril de 2019 fue secuestrado por miembros del grupo Al Shabab en Kenia, donde prestaba servicios internacionalistas y llevado hasta Somalia.
Por azar el encuentro se produjo el mismo día que el galeno Herrera Correa estaba cumpliendo 52 años de vida, de los cuales hace dos calendarios y cinco meses que no tiene comunicación con su querido retoño.
Y en medio de la añoranza natural por la separación, Lisdiana sostiene sus esperanzas en el ansiado reencuentro, y expresa su confianza en que, más temprano que tarde, fructificarán las gestiones del Gobierno cubano y podrá cumplir el sueño pospuesto del fervoroso abrazo y la vida en familia.
Confiesa que inspirada en el ejemplo de su adorado padre matriculó Medicina en la Universidad de Ciencias Médicas Doctor Zoilo E. Marinello Vidaurreta, de Las Tunas, y ya cursa el segundo año de la humana carrera.
“Lo recuerdo profesionalmente como un excelente médico, dotado de una gran preparación”, dice y lo califica como su paradigma y como el mejor padre del mundo.
Lisdiana Sheila anda ahora inmersa en las pesquisas activas como parte del significativo aporte que brinda la juventud cubana al enfrentamiento de la Covid-19 y en su desempeño cotidiano palpitan las buenas prácticas y la vocación de su progenitor, quien desde el silencio y la distancia la motivan cada día a brindar lo mejor de sí misma en el estudio y cualquier otra tarea.
Sabe que como ha reiterado el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, nuestra Patria no abandona a ninguno de sus hijos y esa convicción la tranquiliza un poco en los momentos de mayor nostalgia.