Abel Eduardo Frías y Elisa Montero están entre los adolescentes que muy temprano llegaron hasta el Instituto Politécnico de la Construcción, Blas Roca Calderío, ubicado en el reparto Martí, en el capitalino municipio del Cerro. Esta vez no traen libros ni libretas. Un momento especial los convoca: recibirán la primera dosis de la vacuna Soberana 02.
Como dice Eduardo, “es la vacuna necesaria”; por su parte Elisa afirma que “ya después que terminen las tres dosis podrán empezar de nuevos las clases presenciales”. Hay entusiasmo y felicidad en los ansiosos padres que esperan porque sus hijos salgan del centro devenido vacunatorio. “Estamos confiados, es una victoria de la Salud cubana”.
En este gran esfuerzo que realiza Cuba, son muchas las manos y corazones que se entregan: médicos, enfermeras; los maestros y directivos que dan su apoyo, todos con un único objetivo: hacer realidad el sueño de que sus niños y adolescentes sean vacunados contra esta terrible pandemia.