Cuando la COVID-19 se propaga con saña por predios espirituanos y el incremento sostenido de contagiados pone en jaque las posibilidades de hospitalización, la Empresa Agroforestal Sancti Spíritus también contribuye a salir de esa posición de desventaja.
En los últimos meses, los agroforestales asumen el encargo de fabricar camas de madera para incrementar las capacidades de ingreso, principalmente en planteles educacionales devenidos apéndices de las instituciones sanitarias.
Cuando la emergencia epidemiológica se extendió a la provincia, aserríos y carpinterías estaban activos y los forestales espirituanos sumaban experiencia a ese propósito, pues ya habían enviado unas 300 camas a Matanzas y Ciego de Ávila durante los picos pandémicos en esos territorios.
“Primero se extrae la madera de los bosques- en lugares apartados-. Lleva el esfuerzo de los que la cortan, tienen que transportarla, acopiarla, aserrarla y llevarla a la carpintería para confeccionar el producto. Es un proceso muy engorroso en el que intervienen muchas personas. Se hace con voluntad y conciencia de hacerlo bien y en el menor tiempo posible”, describió Edelio Torres Hernández, director adjunto de la Agroforestal Sancti Spíritus.
A inicios de septiembre fueron entregadas alrededor de 350 camas y la intención es continuar la producción en correspondencia a la solicitud del Grupo Temporal de Trabajo para el enfrentamiento a la COVID-19, aseguro el directivo. “Estamos poniendo un poquito para, entre todos, lograr controlar la pandemia. Se trabaja de manera ininterrumpida para que las personas tengan una cama para recibir el tratamiento”, agregó.
Además de la referida Empresa, otras entidades estatales y trabajadores por cuenta propia han engranado fuerzas y recursos con ese fin. Los jimaguas Adrián y Gustavo Viera Fariñas, jóvenes carpinteros del municipio de Taguasco, se volcaron como muchos colegas de oficio en otros puntos de la geografía espirituana, a la fabricación de camas destinadas a abrir nuevos centros de aislamiento.
“Entre varios carpinteros taguasquenses hicimos alrededor de 200 Box Spring para la ESBU Leonel Barrios, pues nuestro municipio necesitaba un lugar para la hospitalización en la propia cabecera”, expresó Adrián.
Con la misma disposición de aportar, Yenier Pridas Arteaga residente en ese propio territorio, puso su aserrío a disposición de procesar la madera para tal empeño. “La madera asignada es muy dura. La llevamos a tablones entre tres y cinco pulgadas para que le sea más fácil a los carpinteros y adelanten lo más que se pueda por día”, explicó.
Quienes a la espera de una cama en una institución sanitaria o habilitada como tal, han sofocado los primeros síntomas de la COVID- 19 en la frialdad de un banco metálico, en las aceras exteriores de un centro asistencial o han sudado- más que por fiebre- por el pánico de sobrellevar el malestar en la soledad de una vivienda; añaden valor a esas cuatro patas que, más que una plaza hospitalaria, en Sancti Spíritus se han convertido en sostén para la vida.