La subvención era exigua, pero era un deber del Estado Cubano con la compañía que fundaron Alicia, Fernando y Alberto Alonso, con la cultura nacional. Batista quiso utilizar al Ballet de Cuba como parte de su aparato propagandístico, en un intento de limpiar la cara de una dictadura violenta. No lo logró. Y retiró un apoyo que había sido acordado por un gobierno anterior.
La sociedad cubana reaccionó con acciones de protesta organizadas en apoyo a Alicia y la compañía. Y la FEU tuvo un rol protagonista. La Función de Desagravio que la organización ofreció reunió en el Stadium Universitario a más de veinte mil personas. Fue un hito para el ballet cubano, reseñado ampliamente por la prensa.
Como recuerda una nota de la compañía, trascendencia especial tuvo la heroica intervención del líder estudiantil Fructuoso Rodríguez, que salió de la clandestinidad sorpresivamente para dirigirse a los presentes y condenar la acción de la dictadura y defender a Alicia Alonso y al Ballet de Cuba.
Otro momento muy emotivo fue la actuación de Alicia Alonso, quien interpretó La muerte del cisne, y recibió una de las más grandes ovaciones de toda su extraordinaria carrera.
Como recuerda hoy el historiador Miguel Cabrera en el periódico Granma, “Alicia Alonso definió la histórica relación entre el Ballet Nacional y la FEU como un matrimonio feliz, cuyos estrechos lazos no se han roto jamás. Este 15 de septiembre, 65 años después, volvieron a confraternizar los miembros de ambas instituciones, para honrar la memoria de Alicia y su inmortal legado. Y allí, fieles a la tradición, volvieron a estar las rosas rojas de la FEU”.