Las lágrimas de Elio Reyes, administrador del hotel Estrella Roja del espirituano municipio de Taguasco, estremecieron a Mailén Gómez Casdelo. Ella, como miembro del secretariado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Sancti Spíritus, expresaba el reconocimiento y el agradecimiento a ese colectivo que desde hace más de un año funciona como hospital donde se atienden a niños con COVID- 19.
“Extraordinaria la entrega y la sensibilidad de esos trabajadores. Han desbordado sacrificio y amor para para minimizar las penas de los infantes y familiares hospitalizados en esa instalación”, dijo la dirigente sindical.
Las lágrimas mojaron el nasobuco de Elio y estrujaron el alma de sus compañeros de labor. Porque con cada palabra de Mailén revivieron las horas de constante labor para mantener la pulcritud de las habitaciones, garantizar suministros, hacer malabares para con pocos recursos consentir las preferencias o necesidades de cada niño, coordinar la transportación de las altas, sopesar el quehacer del personal sanitario… cuidarse entre todos.
Los dirigentes sindicales ponen voz y paran las orejas lo mismo en un centro de aislamiento que en un cuerpo de guardia, en un laboratorio, en un hospital de campaña o en un vacunatorio.
De esa manera la expresión agradecida que, aunque no compensan el sudor de una jornada, sí enaltece el sacrificio de quienes arriesgan la vida por el bienestar de otros; el oído que escucha historias de amor infinito entre los humanos, las tantas anécdotas de riesgo, valor, entrega con el añadido de sortear carencias, llega a las instituciones y a los muchos héroes anónimos que durante meses combaten contra la COVID-19 en la provincia espirituana.