Entre las novedades económicas más esperadas por años está sin dudas todo lo relativo a la constitución de las micro, pequeñas y medianas empresas, bautizadas para nuestro contexto con la abreviatura de mipymes.
Este tipo de organización muy frecuente en el mundo centró por décadas los debates de economistas que defendían con pasión su pertinencia para Cuba.
Las normas jurídicas recientemente publicadas para su creación y funcionamiento forman parte además de una adecuación integral de diferentes actores económicos que ya existían, lo cual explica de algún modo la dificultad y demora para su introducción.
El ejemplo más fácil de entender quizás es el del trabajo por cuenta propia, forma de gestión que hasta ahora encubrió a muchos emprendimientos privados cuya complejidad y alcance superaba su alcance original, pues de hecho ya constituían micro, pequeñas y medianas empresas.
Pero también en el sector estatal hay actividades o pequeños negocios que a partir de este momento recibirán los beneficios que implica esta nueva clasificación, tanto por su manera de administrarse como por las bondades financieras y tributarias que implicará el manejo de las nuevas mipymes.
Surgirán estas entidades en un contexto difícil desde el punto de vista económico, pero ello pudiera convertirse también en una oportunidad para que florezcan con mayores posibilidades de éxito.
En su concepción hay innovaciones pocas veces vistas con anterioridad en nuestra práctica económica, como es la introducción de un actor económico que puede funcionar con varias formas de propiedad, estatal, privada e incluso mixta, en igualdad de condiciones en materia de atribuciones y bondades.
La novedad y lo detallado de la nueva legislación que rige para las mipymes requerirá sin dudas un proceso de capacitación y aprendizaje, que ya está en marcha, y también de probables ajustes y adecuaciones por el camino, como es natural en cualquier práctica económica que implique a tantos sujetos y organismos.
Por eso molesta bastante —aunque no nos sorprende—, cuando los francotiradores de siempre, individuos y medios de comunicación dependientes de financiamiento externo, la emprenden enseguida contra esta nueva forma de organización, sin tan siquiera esperar a ver sus primeros resultados.
El espectro de posibilidades que introduce en el país este concepto de las micro, pequeñas y medianas empresas resulta casi ilimitado, en materia de variantes y combinaciones productivas y de servicios, solo con los límites que dicta la legalidad o el interés social, tal y como se aprecia en las actuales circunstancias (¿y quién quita que eso, también, en un futuro, pueda cambiar en algún caso?).
De cualquier modo, la atención que despiertan ya las mipymes entre muchas personas e instituciones que desde hace tiempo manejan sus sueños y proyectos hacia esos derroteros, demuestra lo pertinente de iniciar esta nueva transformación del escenario económico cubano, incluso en una coyuntura tan complicada como la presente, donde tales ideas pudieran no alcanzar tal vez todo su esplendor.
Pero paso a paso el entramado de la economía diversifica y entrelaza sus potencialidades, para dar así más chance a la creatividad y el crecimiento, en pos de esa dirección que alguna vez nos pudo parecer una consigna, cuando con frecuencia se nos hablaba de desatar las fuerzas productivas.
Pues llegó entonces el momento de aprovecharlo, esta vez con la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas, las mipymes: nuestras pymes.
Poseo un proyecto que lo tengo dormido, porque necesito del uso de maquinas especiales que solo existen empresas estatales, ahora creo que este proyecto puede tener un impacto positivo en la sociedad pues este consiste en la recuperación (primera etapa) de reductores que se usan en lavadoras, quizas parezca algo de poca importancia pero el diseño que usan estos reductores es algo fascinante, pues reduce el tamaño considerablemente de estos y se logran velocidades mas bajas.
Ese es mi pequeño sueño si pudiera lograrlo sería un cubano feliz, mas útil para mi país
«Mipymes o nuestras pymes»
Publicado el 7 septiembre, 2021 • 10:50 por Francisco Rodríguez
«…economistas que defienden con pasión su pertinencia para Cuba».
Lo privado, lo particular,lo asociado, lo cooperado,lo corporativo, lo estatal, todas fórmulas que giran en torno a la aspiración de «lo verdaderamente social», a lo cual aspiran al final la mayoría de formas, ecuaciones socio económicas asi como sus actores; los individuos, grupos, compañias, asociaciones, consorcios, empresas, Estado, clases, en ejercicio del poder. Todas han aportado su granito de experiencia en la lucha por el «bienestar social»; concepto impulsado por pensadores vanguardistas que luego han trascendido como clásicos.
Concurre sobre el tema fijar nuestra atención en las pancartas lideres. Recordamos la empleada en los entonces países ex-socialistas europeos, la principal ilustración en ellas era el conflicto «Estado-libertad empresarial» (liberación de fuerzas productivas) representada con un «PERRO POLICIA QUE MONTABA GUARDIA SENTADO PRÓXIMO A LA FIGURA DE UN GATO ASUSTADISO; EN ESTE CASO RECORDAMOS QUE SE OMITÍA A UN TERCER ACTOR, AL ESCURRIDISO Y APARENTEMENTE DISTRAIDO CONSUMIDOR, TAL VES ENTONCES PUDO HABERSE REPRESENTADO CON LA FIGURA DE UN PEQUEÑO RATONCITO.
En nuestro caso, al menos la pancarta ilustrada muestra tres actores representado con ÁRBOLES DE TAMAÑOS VARIADOS DE MAYOR A MENOR a los que de igual forma el mayor cobija con su sombra al arbol contiguo menor. Condicionados todos bajo el RIEGO DE LA MANO DE LAS POSIBILIDADES ECONÓMICAS.
Sin poder ofrecer detalles sobre otras pancartas ASIÁTICAS o AFRICANAS sobre el tema, presumimos que su modernidad realmente sobrepasa el entorno de nuestras fronteras. Ello nos lleva a pensar que más alla de los marcos Jurídicos que acompañan estas fórmulas, su verdadero impacto y éxito será medido a plenitud cuando muestre resultados y aportes con la celeridad requerida en el patrimonio social de nuestro país.
Gracias.