En América Latina y el Caribe, los negativos efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos comprometen la salud y la seguridad física de las personas, además de amenazar su seguridad alimentaria, hídrica y energética, todo lo cual promueve el desplazamiento de las comunidades donde residen, revela un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El organismo de Naciones Unidas destaca igualmente que el acelerado trastorno del clima —generado por incontroladas actividades que realiza la propia especie humana— también pone en peligro el medioambiente en toda esta región del planeta, pues las nocivas consecuencias del fenómeno se dejan sentir en el conjunto de su diversa y rica geografía, como las cumbres andinas, las imponentes cuencas fluviales y las islas de baja altitud.
La OMM formula tales aseveraciones en su informe El estado del clima en América Latina y el Caribe en 2020, divulgado en un reciente evento sobre la resiliencia hidrometeorológica y climática en el área, auspiciado por la OMM junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), también entidades de la ONU.
El documento, elaborado por un equipo multidisciplinario de 40 expertos utilizando datos básicamente aportados por mil 700 estaciones meteorológicas de la región, señala que el 2020 fue uno de los tres años más cálidos jamás registrados en América Central y en el Caribe, y el segundo más caluroso reportado en América del Sur.
También el territorio se vio afectado ese año por importantes olas de calor, particularmente en muchos países de América del Sur, donde las temperaturas superaron los 40 grados centígrados (°C) durante varios días seguidos y el calentamiento batió numerosos récords, con valores hasta 10 °C superiores a lo normal.
El progresivo aumento de las temperaturas provoca diversos efectos que, no obstante ser expuestos de manera sintetizada en el reporte, proporcionan información que constata, a nivel regional, la degradación que ocasiona el cambio climático en las condiciones naturales de todo el planeta.
En este sentido, el informe se refiere a la modificación en el régimen de las precipitaciones (que ocasiona tanto grandes inundaciones como prolongadas sequías), al incremento de los ciclones tropicales y la deforestación (incluyendo la ocasionada por los incendios forestales), así como al retroceso de los glaciares y la destrucción de ecosistemas del más diverso carácter.
Muestra también otros elementos, como el aumento del calentamiento de los océanos y de la acidificación de sus aguas, la elevación del nivel del mar y la degradación de la vida marina, todo lo cual afecta de modo particular a los pequeños Estados insulares latinoamericanos y caribeños.
Los autores del estudio señalan que la región requiere reforzar el monitoreo de las amenazas climáticas, fortalecer sus sistemas de alerta temprana y poseer planes de acción anticipada para reducir el riesgo de desastres y sus impactos.
“Este es un reporte oportuno, necesario y pertinente y debe servir de base para la política pública, para la planificación económica, sectorial y social”, apuntó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL; añadió que constata la gravedad de la crisis climática en la región y muestra la urgencia de enfrentarla, instando a la comunidad internacional a priorizar el financiamiento de medidas de adaptación.
«Tal y como deja claro el informe, el cambio climático está afectando a los medios de subsistencia en la región de América Latina y el Caribe, además de incrementar el riesgo de desastres”, afirmó Mami Mizutori, a cargo de la UNDRR, quien calificó el texto divulgado como “un instrumento vital en nuestra batalla por un mundo más seguro y resiliente» y “crucial” para quienes les corresponde tomar decisiones que de alguna manera se vinculan con esta problemática.
“La región de América Latina y el Caribe enfrenta y seguirá enfrentando graves crisis socioeconómicas debido a los eventos hidrometeorológicos extremos”, recalcó Petteri Taalas, secretario general de la OMM, al tiempo que destacó la necesidad de adoptar “medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos”.
La presentación del documento se produce después de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, de la ONU) publicara su informe Cambio climático 2021: Bases físicas, donde afirma que las temperaturas en América Latina y el Caribe han aumentado más que la media mundial y es probable que sigan haciéndolo, lo cual hace prever la continuidad de las negativas consecuencias que también impactan al medioambiente planetario.
Cabe apuntar aquí que, según el informe de la Organización Meteorológica Mundial, entre los años 1998 y 2020 los eventos climáticos ocurridos en Latinoamérica y el Caribe causaron la muerte de más de 312 mil personas y afectaron a más de 277 millones.
Sabido lo anterior, podemos imaginar las catastróficas consecuencias para los habitantes de la región si, como pronostican tanto la OMM como el IPCC, el cambio climático incrementa los daños directos a las personas y a su entorno. Tan nefasto futuro resulta razón más que suficiente para que los Gobiernos adopten con urgencia las medidas requeridas a fin de frenar el calentamiento global que padece la Tierra, como reclaman insistentemente la ciencia y la humanidad.
(Con información de sitios web de la OMM, CEPAL y Noticias ONU)