Casi en la medianoche de este 30 de agosto despegó del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai el avión militar estadounidense donde viajaron el embajador en funciones Ross Wilson, y el mayor general Chris Donahue, comandante de la 82ª División Aerotransportada. Con ellos iban otros civiles y militares a los que dio tiempo embarcarse en ese último vuelo castrense.
El operativo de evacuación de las tropas militares y colaboradores en Afganistán comenzó el pasado 14 de agosto y, tras dos semanas, deja en tierra a al menos un centenar de ciudadanos estadounidenses y un número no determinado de afganos, quienes quedan ahora a merced del nuevo Estado Islámico.
El general Kenneth F. McKenzie Jr., jefe de las Fuerzas de Estados Unidos en Medio Oriente, reconoció este lunes en una sesión informativa del Pentágono que «Hay mucha angustia asociada con esta partida. No sacamos a todos los que queríamos sacar. Pero yo creo que si nos hubiéramos quedado otros 10 días, no habríamos conseguido evacuar a todos».
Según reportes oficiales, la operación consiguió evacuar a más de 120 mil personas, entre estadounidenses y extranjeros, principalmente afganos; mientras otras fuentes hacen énfasis en las funestas condiciones en que ha quedado el país tras la más larga y costosa aventura bélica de EE.UU. donde murieron más de 2 mil 400 militares estadounidenses y una cifra difícil de precisar de nativos.
«La retirada de esta noche significa tanto el final del componente militar de la evacuación como el final de la misión de casi 20 años que comenzó en Afganistán poco después del 11 de septiembre de 2001», dijo McKenzie, quien aseguró que ahora será diplomática la tarea de ayudar a aquellos que no pudieron salir antes de la fecha límite.
Las evacuaciones comenzaron el 14 de agosto, un día antes de la entrada triunfal de los talibanes en Kabul. En redes sociales quedó registrado el desespero de quienes abordaron aviones en movimiento, mientras otros miles de familias se amontonaban en la pista y salones del aeropuerto con la esperanza de escapar de un futuro que se pronostica incierto para la mayor parte de la población.
El operativo se tornó aún más peligroso y lento tras confirmarse que las alertas de posible ataque terrorista no eran infundadas: 13 soldados estadounidenses y decenas de afganos que esperaban a las puertas del aeropuerto murieron el pasado jueves por un ataque suicida reivindicado por el Estado Islámico (EI-K).
La fecha originalmente prevista para culminar la evacuación era el 31 de agosto, según lo anunció el presidente Joe Biden, quien ha recibido fuertes críticas tanto de demócratas como de republicanos por su manejo del conflicto, sobre todo luego que los talibanes desplegaran una ofensiva feroz tras el anuncio estadounidense de posponer hasta septiembre de este año la retirada de las tropas de Afganistán y no hacerlo en abril, como habían acordado con su predecesor Donald Trump.
El avance indetenible de los talibanes hacia Kabul, la capital afgana, hizo que Biden cambiara sus planes de “conmemorar” el 11 de septiembre con el cierre de la presencia militar en la nación asiática. Este y otros temas vinculados a la lucha contra el terrorismo serán algunos de los temas que se espera aborde el presidente en la noche del martes en su discurso a la nación.
La misión diplomática estadounidense que continuará atendiendo la evacuación del personal y los temas bilaterales será emplazada en Doha, capital de Catar, y que estará encabezada por Ian McCary, el subjefe de la misión estadounidense a Afganistán.
El presidente Joe Biden insiste en que facilitará la salida segura de los ciudadanos estadounidenses y los aliados afganos que permanecen en Afganistán, pero después de que Washington retirara sus tropas del país asiático, informaron hoy medios oficiales.
A principios de mes la Casa Blanca prometió traer a los estadounidenses a casa, incluso si eso significaba ampliar el plazo del 31 de agosto, algo que no ocurrió.
De acuerdo con el secretario de Estado, Antony Blinken, entre 100 y 200 ciudadanos estadounidenses que pretendían salir de Kabul permanecen en el aeropuerto después de que no alcanzaron a subirse en los vuelos militares.
El funcionario no especificó cuántos colaboradores afganos permanecen en su país, pero dijo que el Gobierno estadounidense está igual de comprometido con ellos para ayudarlos a salir.
Los aviones de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos dejaron de operar en la terminal aérea este lunes por la noche para cumplir con la fecha límite de Biden para la retirada de las tropas.
La evacuación de ese grupo de personas será una misión compleja ya que Washington no tiene presencia diplomática en ese país centroasiático, controlado por el Movimiento Talibán desde mediados de agosto.
Los mandos militares se ciñeron a la fecha límite acordada con los líderes talibanes para proteger a nuestros soldados. Sin embargo, coordinaremos con socios internacionales para garantizar el fin de la evacuación de civiles en las próximas semanas y meses, comentó Blinken.
El jefe de la Casa Blanca enfrenta fuertes críticas por la caótica retirada de las tropas estadounidenses desde Afganistán, después de que durante el proceso se registraran desde atentados terroristas hasta estampidas de personas desesperadas por huir.
Desde finales de julio el Ejército de Estados Unidos evacuó a más de 123 mil civiles desde Kabul mientras los talibanes tomaban del país, algo que ocurrió en tiempo récord. Según el Pentágono, seis mil de esos beneficiados son estadounidenses.