«A diecisiete meses de que la COVID-19 irrumpiera en nuestras vidas, la llamada fatiga pandémica es una realidad que enfrentamos todos. Pero los pequeños de casa son los que más han sufrido, su cotidianidad se ha trastocado drásticamente».
Así inició el Ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, una reflexión publicada en su perfil oficial en Facebook, en la que expresó con mucha preocupación cómo los datos de contagios en los menores de edad, en estos últimos meses, prácticamente baten récords cada día.
«¿Qué nos falta para entender que los niños y adolescentes no son inmunes ante el SARS-CoV-2?», pregunta el titular, y añadió: «Si en las primeras olas del virus en nuestro país los más afectados eran las personas mayores — aunque hoy siguen siendo el grupo más vulnerable ante el riesgo de evolucionar hacia la gravedad— hemos visto cómo han ido desplazándose las edades en los contagios, de los pacientes que incluso evolucionan a estados graves y críticos y hemos tenido que lamentar el fallecimiento de personas jóvenes, incluso, niños».
Portal Miranda resaltó que el pasado 20 de agosto se confirmó la cifra más alta diaria de menores de 20 años contagiados con el nuevo coronavirus: 2 mil 029, de ellos mil 915 en edades pediátricas. Un año atrás, el 20 de agosto de 2020, diagnosticamos solo tres pacientes pediátricos con COVID-19.
«Ya pasan de 95 mil 100 las niñas y niños contagiados y los 5 mil 900 menores de un año, mientras que los adolescentes enfermos de COVID-19 superan los 30 000 en todo el territorio nacional. A partir de estas cifras, es válido reflexionar sobre cuánto tensa al sistema de salud el aumento de estos números, pues se incrementan las instituciones pediátricas dedicadas en estos momentos solo a la atención de pacientes con COVID-19, sin olvidar que la población infantil no enferma solo de este virus, sino que sigue teniendo otras afecciones propias de la edad», precisó.
El ministro de Salud cubano consideró necesario que en cada hogar y comunidad concienticemos que nuestros niños están enfermando en casa y que en este momento, la mayor fuente de contagio en estas edades son los contactos intradomiciliarios.
Insistió en la autorresponsabilidad de cada miembro de la familia. «No nos cansaremos de repetirlo, si cada persona cumple con las medidas básicas de prevención establecidas, estaremos ganando gran parte de esta batalla. Coincidirán conmigo en que si hay un grupo donde es extremadamente doloroso lamentar la pérdida de vidas, es precisamente en niñas y niños», escribió.
El también miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba reiteró que, justo cuando hay nuevas luces y avanza la inmunización, no es momento para descuidos: «Si nosotros nos protegemos, los estaremos cuidando a ellos, mientras concluyen los ensayos clínicos pediátricos. Hasta tanto esto no ocurra, niños y adolescentes no entran en el esquema de vacunación, por lo que están considerablemente más expuestos al riesgo».
Al final de su publicación, el ministro compartió varias imágenes en las que se observa a niños y niñas en calles, parques, jardines y calles jugando en grupos, sin distanciamiento físico y con mal uso del nasobuco, reconociendo que «preocupan y hablan por sí solas».
«El precio de relajar medidas higiénico-sanitarias puede ser muy alto. No olvidemos que estamos ante un enemigo invisible, que no solo mata, sino que puede dejar importantes secuelas para la salud. Cuidemos lo más preciado que tenemos, la vida de nuestros pequeños», concluyó su reflexión el Doctor José Ángel Portal Miranda.