Solo han transcurrido cuatro meses del incendio en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt y el programa de rehabilitación activado por sus trabajadores avanza en su propósito de recuperar alrededor de mil 896 hectáreas afectadas con el incendio forestal de origen antropogénico ocurrido en abril último.
En información proporcionada por especialistas de la Unidad de Servicios Ambientales del parque Patrimonio de la Humanidad, el programa de reforestación esboza tareas rehabilitadoras hasta el año 2023; en tanto se sustenta en la elevada capacidad de regeneración natural de los ecosistemas boscosos comprometidos, cuyo desarrollo sobre suelos ferralíticos rojos dispone de unos 10 años para volver a su estado original.
De ahí que el plan advierte la factibilidad de microviveros situados con la ayuda de transportación alternativa, teniendo en cuenta que la alta dispersión e inhóspito entre las zonas afectadas dificulta el montaje de grandes viveros forestales, además muy dependientes de transportación y buenos caminos, acciones ambientalmente agresivas y de elevado costo económico.
Asimismo, el programa destina las principales tareas de este año a la zona conocida como Ojito de Agua, paraje contenido en la geografía del municipio guantanamero de Yateras, y uno de los cuatro que conforman a dicho Parque Nacional, refugio de la fauna donde se avistó por última vez el Pájaro Carpintero Real.
Según estudios el área dañada representa cerca de un tres por ciento de la superficie terrestre que servía de hogar a diversidad de insectos, reptiles, arácnidos, moluscos y de la avifauna en reproducción, en una zona Reserva de la Biosfera que acoge más de 70 mil hectáreas en el Macizo Nipe-Sagua-Baracoa en zonas de las provincias de Guantánamo y Holguín.
Registrado como el mayor fenómeno de su tipo ocurrido en la historia de ese sitio natural, el incendio detectado el pasado 16 de abril inició a unos 500 metros del límite entre el holguinero municipio de Moa y el montañoso Yateras, en Guantánamo, donde la fuerza del viento, una intensa sequía y la presencia de grandes volúmenes de material combustible natural en la zona contribuyeron a la proporción del fuego durante poco más de una semana.
Como parte de los planes de manejo practicados en la zona, la comunidad científica guantanamera continúa las acciones dirigidas a proteger y vigilar el Alejandro de Humboldt, de otro hecho lamentable al ecosistema debido al irresponsable proceder humano