Por su físico Juan Pablo Herrera podría pasar por un luchador del mismo peso que el cuatricampeón olímpico Mijaín López. Desde muy joven trabaja como operario en el puerto de La Habana, su primera experiencia laboral, con una trayectoria que acumula ya tres décadas. “A veces me fatigo, pero hay que estar aquí. Estamos metiendo el cuerpo, y de un momento a otro acabaremos”, expresó justo antes de iniciar su turno laboral a bordo del segundo buque de la Armada Mexicana, que el 31 de julio arribó a Cuba con más de mil 250 toneladas de insumos médicos y alimentos, y cuya difícil descarga se convirtió en una cuestión de honor para los obreros portuarios durante la pasada semana.
“Impresiona la situación en que estamos, y cómo los amigos nos están prestando un apoyo incalculable”, comentó agradecido el experimentado trabajador de la rada capitalina Haiphong, consciente de la compleja coyuntura que vive el país en el peor momento desde el comienzo de la pandemia.
“Ni en la crisis de los noventa vimos esto tan cerrado; claro, por las 243 medidas que dictó el señor ese”, dijo Antolín Vaillant Rodríguez, operador de grúa, al referirse al recrudecimiento del bloqueo por el Gobierno de Trump, mantenido por la actual Administración estadounidense. Junto al impacto negativo del nuevo coronavirus en el comercio internacional, lo que ha provocado una disminución de los arribos marítimos y, por consiguiente, menos salario para él y su colectivo.
“Este puerto trabaja con buques mercantes, y en esta ocasión se trató de dos barcos de guerra. La manipulación de la mercancía fue atípica, con una estiba a la que no estamos acostumbrados”, explicó Ángel Walker Osorio, director general de la Empresa de Servicios Portuarios de Occidente. “Fue un esfuerzo enorme para todo el personal que participó en la descarga, que incluyó a unos 120 o 130 trabajadores directos”, evaluó.
La tarde de nuestra visita, al quinto día después de su llegada, en el espigón donde estaba fondeado el navío mexicano todavía eran perceptibles las tensiones operacionales alrededor de la dura tarea, que concluyó en la madrugada del jueves último.
La misión aquel día era tratar de llegar con urgencia a un segundo lote de 800 balones de oxígeno de los más de 2 mil que trajo el barco, los cuales se encontraban almacenados en la proa, detrás de otras mercancías que no resultaban tan urgentes como el vital gas para atender a los enfermos graves de COVID-19.
Porque esta vez no había bodegas organizadas con mercancías identificadas y homogéneas, como es usual en un carguero, sino donativos diversos que se almacenaron en la medida que arribaron al puerto de origen, con la noble intención de aprovechar al máximo la capacidad del buque, para lo cual se usaron hasta los camarotes. Aceite, harina, leche, frijoles, ventiladores pulmonares, jeringuillas, mascarillas, gel; pocas veces hubo carga tan variada, amorosa, esperada.
“Se tuvieron que reforzar los tres turnos diarios de trabajo con más braceros y estibadores, para formar cadenetas de hombres y poder mover las cargas con mayor agilidad”, puntualizó Silverio Ruiz Sáez, secretario general del buró sindical del puerto de La Habana.
Fermín Umpierre Iraola, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte y Puertos, reconoció la actitud de los transportistas y portuarios en la evacuación rápida y segura de estas cargas solidarias, la de obreros y directivos, así como la de representantes de los disímiles organismos receptores de las distintas ayudas que se reciben en el país por aire o mar.
Incluyó además otras instituciones que participan en su protección, distribución y traslado hasta el destino final, con destaque también para el sector ferroviario y la colaboración igualmente de transportistas particulares.
“Es una cadena donde hay seriedad, responsabilidad y un deseo de que todo salga bien”, valoró el dirigente sindical, al referirse a las medidas de prevención excepcionales que en materia de higiene y seguridad requiere la manipulación de tales envíos. “El objetivo es que todo llegue lo más rápido posible a manos de nuestro pueblo”, concluyó.
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Los trabajadores portuarios de Occidente poniéndole corazón a todo lo que hacemos. Muestra de ello en la descarga de los Buques de Mexico con ayuda solidaria para el pueblo cubano. Los Portuarios vamos por más.