Como gesto solidario con una de las provincias más afectadas por la pandemia, entre numerosos artistas y escritores, varios poetas ganadores en distintas oportunidades del Premio Cucalambé, el más alto galardón de la décima escrita cubana, han dado a conocer sus versos de fraternal acompañamiento.
Matanzas, cuando te muerde
con fiereza la aflicción,
otra vez temple y pasión
harán que el mundo recuerde
que el «largo lagarto verde»
pare amor de hocico a cola.
Como un haz gigante, en ola
millones de pechos van
a ti.
Bajo el huracán
¡Matanzas, tú no estás sola!
Irelia Pérez Morales, Premio Cucalambé 2009, desde Cienfuegos.
Tú no estás sola, Matanzas.
Cuba entera es un destello
conmovido sobre el bello
vitral de tus esperanzas.
Si en los tiempos de bonanzas
Cuba en tu dicha se enrola,
hoy, Cuba entera enarbola
tu dolor de tierra herida.
Tú no estás desprotegida,
Matanzas, tú no estás sola.
Alexander Besú, Premio Cucalambé 2007, desde el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, CIDVI.
Matanzas, cuánto quisiera
ser dios y borrar de un trazo
el cerco, el mortal abrazo
de la Covid traicionera.
Sabes que la patria entera
ora cuando te estremeces,
pide ante el mal que padeces:
salud, fuerza y esperanzas
para que puedas, Matanzas,
tener la paz que mereces.
Agustín Serrano, Premio Cucalambé 1996, desde Velasco, Holguín.
Matanzas, los que pensaron
que estás sola, no imaginan
que diez soles iluminan
diez puentes que se crearon,
y que por ellos llegaron
trenes de salud y amor,
que hoy comparte tu dolor
toda Cuba y una estela
de cariño en la espinela
te abraza con su calor.
Miguel Mariano Piñero, Premio Cucalambé 2014, de Colombia, Las Tunas.
Tierra amada de mi tía
y de mi madre. En la frente
te llevo, puente por puente,
luz por luz de tu bahía.
En su ola, una herejía
infantil dejó mi guiño.
Y hoy, cuando un álgido armiño
se empeña en ahogar tu rezo,
renuevo, múltiple, el beso
que te di cuando era niño.
Pedro Péglez González, Premio Cucalambé 2000 y 2004. Desde el Grupo Ala Décima.