Si me dicen que alguien se niega a ponerse una vacuna cubana contra la COVID-19 (lo cual es un caso supuesto hasta ahora), me estaría recordando (un hecho real del cual este redactor es testigo) al dueño de un negocio que en la década del 60 del sigo pasado se negó a que sus empleados acudieran a trabajar por el horario de verano porque «eso es cosa de los comunistas».
Y si llegaran a existir quienes rechacen inmunizarse con un inmunógeno creado por los científicos formados por la Revolución, serían la excepción que confirmaría la existencia de una regla: la inmensa mayoría de quienes viven en Cuba desean protegerse con los fármacos nacionales, o si no, con lo que puede considerarse la mejor de las vacunas: la que esté disponible inmediatamente, sin importar su procedencia.
En el contexto cubano es difícil concebir que actualmente haya necesidad de explicar la importancia de la inmunización para convencer a alguien de que la acepte, y se demuestra con la masiva concurrencia a los vacunatorios, mientras a quienes no le corresponde aún, la esperan y lo manifiestan hasta casi exigir que sea ya.
Pero ante el rechazo en los Estados Unidos, Joe Biden está buscando incentivar la vacunación en ese país donde hubo quienes hicieron caso al anterior mandatario Donald Trump cuando dijo que beber sustancias tóxicas era efectivo para eliminar al nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Bajo el titular: Así es el plan de Biden para alentar vacunación contra COVID-19 Los Angeles Times presenta los puntos clave del plan del presidente Joe Biden para incrementar la vacunación contra el COVID-19 entre los empleados federales y alentar a más estadounidenses a inocularse. La quinta medida:
5) Se alienta a los gobiernos estatales y locales a que ofrezcan recompensas de 100 dólares para que la gente se vacune. Ese programa puede financiarse con fondos del proyecto de ley de Biden para apoyar a la población afectada por el COVID-19.
En las redes sociales, la colega Vivian Bustamante considera que es posible que suceda
Donde se piensa que el dinero lo mueve todo y se obvian los resortes que tocan el corazón y el cerebro de cada ser humano.
Pues, así es, en Denuncian especulación y precios exorbitantes de vacunas anticovid se demuestran los estragos de querer moverlo todo con dinero:
Varias ONG internacionales han denunciado la posición monopólica de grandes compañías farmacéuticas, que están previendo ganancias multimillonarias al tiempo que continúa la distribución desigual. Según Oxfam, el monopolio de las vacunas multiplica al menos por cinco el costo de vacunar al mundo contra la enfermedad.
Según la agencia AFP:
Un colectivo de ONG internacionales, entre las cuales figura Oxfam, están denunciando que las ganancias exponenciales de algunas compañías y, por otro, la falta de vacunas en países como Túnez y Senegal, donde la epidemia se redobla, ilustran la inequidad del acceso global a estos fármacos.
El despacho noticioso añade:
Según Oxfam Intermón, de España, en la Unión Europea se han aplicado 85 dosis por 100 habitantes, mientras que en África no llegan a cuatro.
El mes pasado, el Imperial College de Londres ya ponía en evidencia en un informe los márgenes de ganancias de empresas como Pfizer y Moderna. Evaluaba entre 60 céntimos de euros y dos euros el costo real de producción de una dosis de vacuna, mientras que los Estados las adquieren por un precio de entre 12 y 25 euros, según Unicef.
Beatriz Novales, responsable del área de Programas, Incidencia y Ciudadanía en la ONG Oxfam Intermón, denunció:
En general, estimamos que puede haber un sobrecosto, que varía entre países. Multiplicaría por entre cuatro y 24 el costo de producción básico, que sería de 1.2 dólares por dosis. Tenemos el ejemplo de la Unión Europea: se estima el sobrecosto en 31 000 millones de euros, lo que equivale al 19% del presupuesto de la Unión Europea.
Agrega Novales:
El mecanismo global de Covax, que se ha creado para facilitar el acceso y la venta de la vacuna a la mayor parte de la población, está pagando un sobrecosto de cinco veces lo que sería el costo de producción.
En resumen: Viejos manuales de periodismo de EEUU definen que si un perro muerde a un hombres, no es noticia, pero sí lo es si el hombre es quien muerde al animal.
Que haya rechazo a la vacunación, para el escenario norteamericano debe ser el equivalente al perro mordiendo al hombre, pero en el contexto cubano es lo contrario por lo insólito del hecho.
Los hombres de ciencia formados por la Revolución se han sacrificado, no por dinero, sino por el llamado a disponer de una vacuna nacional que evite tener que adquirirla en el exterior, para lo cual habría que destinar las menguadas finanzas, además de tener que sortear los tortuosos caminos a los cuales se refieren las organizaciones no gubernamentales.
Por supuesto que por tratarse de Cuba, cabría la posibilidad de que el Gobierno de EEUU impidiera el acceso a todas las vacunas bajo su influencia.
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Acerca del autor
Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.