Lejos de respetarla cada día más, al parecer la gente le ha perdido el miedo a la Covid-19; es inconcebible ver cómo llegan personas por el puro tránsito o la visita a una casa, cómo permiten que hasta 4 o 5 niños de otras viviendas jueguen con los de la casa, sin nasobucos, sin lavarse las manos, sin distanciamiento, conociendo o desconociendo, con la posibilidad que hay en Cuba, el detalle del comportamiento de esta pandemia.
Las colas, las movilizaciones, los juegos de adolescentes en las calles son hervideros del virus, y noto cierto apatía o pasividad ante estos hechos, que al inicio de introducirse la enfermedad en Cuba no era así. La gente se cuidaba, respetaba, obedecía las orientaciones de Salud Pública.
Realmente los números son agobiantes, me deprime escuchar tantas cifras, en un cachumbambé de unos pocos menos hoy, otros muchos más ayer; así transcurren los días, y por más advertidos que estemos de que es un pico, de que luego comenzarán a bajar, del efecto próximo de la vacunación, mientras veamos esas curvas ascendentes y empinadas, habrá que cuidarse mucho y cuidar a quienes nos rodean.
El doctor Durán habló hoy de la “participación autorresponsable” de los cubanos, un llamado que latente durante el último año y medio; cuyo desdén es incompatible con la realidad de Cuba y el mundo.
Y el mismo galeno se preguntaba, sin tener certeza de la respuesta al comentar sobre los ancianos fallecidos ¿cómo se contagió una persona de 90 o más años? No hay conciencia del riesgo que corren, al tener lógicamente la salud más deteriorada que los jóvenes. Es seguro que un contacto positivo llevó la Covid-19 a la habitación, al hogar de esa persona tan mayor.
Otro tanto sucede con los menores de 18 años; tres cifras son espeluznantes: mil 393 casos en el día de ayer, de ellos 90 son lactantes y 36 tienen menos de 6 meses. Será la madre quien los contagió, el padre… o la retahíla de personas que van a conocer al recién nacido, al bebé, al menor de la familia. Padres ¡abran los ojos!, la alta transmisión y la severidad de las nuevas cepas nos pone en riesgo a todos, pero algunos somos más vulnerables.
Un haz de luz se va abriendo con el proceso de vacunación, que precisamente hoy se extiende a varias provincias, que parece lento, pero como todo lo nuevo lleva un tiempo y hace que ya al 31 % de los cubanos se les haya aplicado la primera dosis. Sabemos que esa no es la inmunización total, que no podemos descuidar ni incumplir ninguna de las medidas orientadas, pero estas cifras alentadoras crecerán un poco más en los próximos días: ya hay aplicadas más de 9 millones de dosis de las vacunas cubanas.
“Seguimos por más” en el empeño por contener la transmisión, como dijo Durán.