Tokio.- Perderse o equivocarse de ómnibus no fue el problema, sino cómo llegar al destino final sin tener que emplear más de dos horas en un recorrido inverso que se antojaba dilatado, a partir de la premura de algunos por reportar para sus respectivos medios de prensa las primeras historias en esta ciudad, tras un aislamiento sanitario de tres días en el Hotel Wing International Kourakuen.
Esa y no otra fue la disyuntiva de un grupo de periodistas cubanos, que al salir del Centro de Prensa de los Juegos Olímpicos tomaron mal el ómnibus de regreso y fueron a parar a otro hotel Wing International, pero de apellido Shinjuku. Las caras de asombro y las bromas se unieron en perfecta armonía y la arrancada hacia una denominada “marcha olímpica”, por mediación del GPS, se impuso entre los más arriesgados.
Una cuenta matemática nos dio que en 16 minutos estaríamos en el hotel. Error de ingenuos, porque aunque la distancia a recorrer era de apenas cinco kilómetros al introducir los datos nadie se percató que la formidable aplicación de Google automáticamente la asumió para un carro, no para andar en dos piernas.
Corregido el tiro, una hora de camino era lo que nos deparaba llegar hasta nuestro hotel. Decididos todos emprendimos el recorrido, teléfono en mano y una voz guiándonos: GIRE A LA DERECHA… GIRE A LA IZQUIERDA… EN LA PROXIMA CUADRA TOME DERECHA… Sin embargo, no habituados a las señales de mando y desorientados sobre hacia donde quedaba el este, el norte y el sur, los primeros metros de la caminata nos llevaron en círculo a la misma puerta del hotel donde estábamos extraviados.
Una parte del grupo comenzó a perder las esperanzas y se atrincheraron en esperar las dos horas o más que representaban un ómnibus seguro, que los llevaría de regreso al Centro de Prensa y de ahí al hotel en cuestión. La mayoría persistió en ser los primeros campeones de la marcha olímpica de estos Juegos y nos lanzamos sobre las anchas aceras de esta ciudad, ahora con mayor entendimiento de los puntos cardinales y una sana felicidad con la voz guía que salía del imprescindible celular.
Y ahí comenzó la travesía al Tokio más profundo. Atravesamos avenidas, callejuelas, subimos escaleras, vimos basureros (algo impensable en un país que presume -y lo es- extremadamente limpio), terrenos de béisbol, templos budistas, supermercados, clínicas, hospitales. Eso sí, cero ruidos y solo una ambulancia de urgencia rompió la tranquilidad sonora de la tarde.
La ciudad enorme, con edificios casi perfectos en su diseño y construcción, de casas pequeñas para economizar espacio y de rascacielos puntiagudos apuntando al sol, parecía aplastarnos a los cinco periodistas cubanos, dos de los cuales jamás habían estados en Japón. El ritmo de nuestros pies eran el de Aquiles, ligero, ligero. Y poco a poco nuestra vista solo buscaba la referencia del Hotel Tokio Dome, a solo 500 metros del nuestro, cual señal de meta o de victoria.
Bicicletas por las anchas aceras nos rompían las barricadas inconscientes que hacíamos al caminar en grupo pues no acostumbra a tocar el timbre del ciclo en señal de buena educación. Un colchón nuevo abandonado por algún vecino en una entrecalle gastó la broma de la jornada ante la falta en varias de nuestras casas; en tanto un improvisado cafetero en medio de la Avenida devino pincelada sobre si sería amargo o dulce allí el preciado líquido negro que tanto aman los cubanos.
“Quedan 20, quedan 15, ya estamos llegando”, anunciaba este periodista a sus colegas según reportaba el GPS. Solo cuando la montaña rusa del parque de diversiones se divisó a lo lejos supimos que había valido el riesgo, la travesía en “el doble pie o la guagüita San Fernando”. Nos habíamos convertido, en una hora y sin proponérnoslo, en los primeros campeones de la marcha olímpica de estos Juegos. ¿Alguien lo duda?
Posdata: Los periodistas «campeones de la marcha olímpica» fueron Carlos González Rego (ACN), Jhonan Díaz (Prensa Latina), Oscar Sánchez (Granma), Norland Rosendo (Juventud Rebelde) y Joel García (Trabajadores)
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.