En una pequeña ceremonia se recordó en la occidental provincia de Matanzas las dos décadas del surgimiento del museo A la Batalla de Ideas, inaugurado por Fidel Castro el 14 de julio de año 2001.
El apoyo a la Revolución de directivos y empleados, en momentos en los que quieren socavar la soberanía e independencia del país estuvo presente en una jornada donde María Teresa Clark, presidenta de la filial cardenense de la Unión de Historiadores de Cuba , donó varias piezas al museo.
“El primero de Cuba y el mundo. Habrá otros como este, pero aquí nació la idea y será escuela y ejemplo para los demás. La batalla de ideas no puede perderse, ni se perderá. La especie humana depende de ella”, escribió el líder Histórico de la Revolución, al inaugural la institución, ubicada en el municipio de Cárdenas.
El centro surgió por la necesidad de habilitar un local donde se conservaran testimonios de la lucha protagonizada por el pueblo de Cuba, en reclamo del regreso al suelo patrio del niño Elián González Brotons, secuestrado por siete meses en Estados Unidos por la extrema derecha de Miami.
Entre las expuestas y las almacenadas, son 3 mil 932 las piezas atesoradas por el museo, la gran mayoría documentos, debido al carácter político-ideológico de un centro guardián de evidencias relacionadas con el secuestro, reclamo y regreso de Elián, y otros valiosísimos materiales, legados al presente y futuro de la nación.
No se puede dejar de mencionar al Martí acusador (similar al de la Tribuna Antimperialista), lo primero que se observa al entrar al museo, ni tampoco la cruz de plata y marquesita de la que se despojara la Reverenda Joan Brown Campbell —fundamental en la lucha por el retorno de Elián—, para que Juan Miguel se la diera al niño cuando lo tuviera con él.
La instalación recoge gráficas memorables como la de los indios norteamericanos que viajaron a Cuba y le ofrecieron lo que podían, una misa mágico-religiosa para cuando llegara a los Estados Unidos se le abrieran los caminos al hombre que reclamaba con todo derecho. Aquí se hayan las ramas de abedul utilizadas en la ceremonia.
Guardado con mucho celo está allí un diario del luchador antiterrorista Gerardo Hernández Nordelo que rememora parte de la estancia del combatiente en Angola. Él viajó al hermano país un 14 de julio, en coincidencia con la posterior fecha de creación del museo.
El museo A la Batalla de Ideas cuenta desde su apertura con cinco salas de exposición permanente ubicadas en la primera planta, en las cuales se exponen documentos, infografía, imágenes y testimonios del diferendo entre Cuba y EE.UU.
El edificio, uno de los más antiguos de Cárdenas, constituye un complejo cultural que alberga en su segundo piso un salón para conferencias y aula de computación, actualmente inhabilitada, y en un tercero, la biblioteca Rubén Martínez Villena que posee más de nueve mil volúmenes, con la bibliografía más actualizada, enciclopedias y multimedia referidas a la ciencia, la técnica, artes, y sexualidad, todas de acceso púbico.
No fueron pocos los que interesados, fundamentalmente, en conocer la historia de Elián González visitaron el inmueble durante estos 20 años. Entre ellos, personas de alrededor de 60 países, y distintas delegaciones internacionales de solidaridad con la Mayor de las Antillas, como Pastores por la Paz y las Brigadas José Martí, Antonio Maceo, Ernesto Guevara y la Juan Ruiz Rivera.
Con una paulatina actualización del diseño museográfico, el mueso intenta ofrecer una visión más artística en la presentación de las piezas para que la gente no olvide nuestra Historia, sea capaz de defender el legado de lucha del pueblo cubano, y comprenda las verdaderas intenciones del imperialismo norteamericano con nuestra Isla, afirmó hace poco Manuel Alvariño Hernández, director de la institución.
El 6 de diciembre del año pasado, fecha de inicio de lo que se conoce en Cuba como Batalla de Ideas, Elián González afirmó:
“Como ha dicho nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel, tenemos una Revolución que no es perfecta, pero nos toca a nosotros mismos hacerla mejor. Y no va a venir nadie a socavar lo que tenemos”.