Choferes particulares de varios municipios de Matanzas pusieron sus medios de transporte a disposición del combate contra la COVID-19 en esta occidental provincia, epicentro del alto contagio de coronavirus que padece el país.
Son 30 cuentapropistas conmovidos por la difícil situación afrontada por el territorio yumurino. “Nadie que se precie de humano puede quedar indiferente ante el esfuerzo por salvar vidas que se hace aquí. Por eso muchos como yo decidimos ofrecer lo que tenemos, nuestros carros. Lo hice por compromiso con la Revolución”, afirmó Robnay González Izquierdo.
De municipio de Unión de Reyes son Ariel Hernández Caballero y Antonio Ramos Armenteros, agradecidos de la oportunidad de poder ayudar a la familia matancera en momentos tan duros, coincidieron. “Quisiera que esto terminara mañana mismo. Por eso no lo pensé dos veces. Estoy a disposición de Salud Pública”, confesó Hernández Caballero.
A este grupo de trabajadores por cuenta propia se unió una veintena de conductores de la base tres de taxis Cuba, en la ciudad de Matanzas, que por decisión propia dieron el paso al frente y desde el domingo último ya sus carros funcionan como ambulancia.
En presencia de autoridades políticas y gubernamentales, en la jornada de este martes, la brigada de choferes particulares y estatales fueron oficialmente abanderados, acto solemne donde ratificaron su decisión de apoyar a Matanzas en su lucha por salvar vidas y derrotar la COVID-19.
Katia Mirabal González, secretaria general del Sindicato Provincial de Trabajadores de Transporte y Puertos, ponderó el altruismo de los conductores. “Mientras unos quieren destruir la Revolución, otros, que son la mayoría, la abrazan y están dispuestos a morir por ella”, estimó.
Mirabal González expresó la contribución de otros 368 choferes privados, que de manera voluntaria, asumiendo sus propios gastos, apoyan en la provincia el proceso de intervención sanitaria en los municipios de Matanzas, Colón y Cárdenas, aporte que mucho ha reverenciado el personal sanitario y la población.
Como abrazo, alivio, esperanza, se interpretan en Matanzas las muestras de solidaridad llegadas de muchas latitudes, en franca demostración del apoyo a un país que ha ganado prestigio internacional precisamente por su estatura humana.