Esta última semana pareciera que los números de casos confirmados con la COVID-19 disminuyeron ligeramente en Camagüey y que la batalla se estuviera ganando, pero lo cierto es que aún queda mucho por hacer.
La situación en el territorio agramontino sigue siendo la más compleja desde que se detectara el virus hace más de un año: está diseminado en los 13 municipios del territorio, los cuales presentan tasas de incidencia por encima de 100, sobresaliendo el territorio de Carlos Manuel de Céspedes, con números superiores a los dos mil de incidencia.
En conferencia de prensa el doctor Carlos Morán Giraldo, subdirector provincial de Salud, detalló que en las últimas dos semanas se confirmaron casi cinco mil casos positivos a la COVID-19 y en los primeros días del mes de julio, ya se había reportado la tercera parte de todos los enfermos diagnosticados en junio.
Además, para ponerle la tapa al pomo y según datos ofrecidos por el galeno, en la provincia se detectó la variante sudafricana en el 86% de las muestras estudiadas en el mes de mayo y en el 94% de las junio.
Esta cepa se caracteriza por una transmisión acelerada y por ocasionar un grupo mayor de complicaciones, como el fallecimiento, en menor tiempo. Y eso, algunos no lo comprenden; eso, pareciera que no le preocupa a unos cuantos.
Las terapias intensivas de la provincia se encuentran a un 75% de ocupación y se han establecido otro grupo casi similar de posiciones para, en caso de ser necesario, contar con las camas requeridas.
No obstante, esa no es la solución para cortar el avance del virus ni para mejorar el complejo panorama que presenta Camagüey. Más bien la acción debe recaer en mitigar las causas que han provocado estos números rojos.
Para nadie es un secreto que, como explicó el doctor, si se hubiese cumplido la limitación de movimiento de las personas, las medidas de distanciamiento físico y el nasobuco se empleara siempre y adecuadamente, la historia sería otra.
Claro existen otras cuestiones que también laceran, como las deficiencias en la calidad de la realización de las pesquisas, pero en ello influyen tanto el personal que las realiza, como la población pesquisada que oculta síntomas que pudieran estar asociados a la presencia del virus.
Lo único realmente cierto es que es momento de cumplir a cabalidad los protocolos establecidos, esos fueron escritos con fundamentos para frenar contagios, no para incumplirlos por el simple placer de llevar la contraria. Esa rebeldía ahora cuesta vidas.
Tampoco son tiempos de creer que una simple disminución de positivos en los partes diarios significa que todo está mejorando. Y es que en estos últimos días el laboratorio de Biología Molecular de Camagüey presentó una contaminación, que implicó una paralización del proceso de PCR durante unas 10 horas. Esto, provocado por una partícula que afectó el proceder, implicó un atraso en las muestras a procesar.
Camagüey ahora cuenta con un equipo de tecnología SUMA que ayudará e incrementará las muestras a analizar, ya que en un día de labor puede procesar unas 900 pruebas.
Pero en lo que se realizan las pruebas, en lo que el de la pesquisa visita el hogar, queda en manos de cada cual salir lo necesario de casa, cumplir con las medidas higiénico- sanitarias y usar el nasobuco como medidas esenciales para disminuir el contagio con la COVID-19.