Cuando a Gustavo Cruz Sánchez, quien el 5 de septiembre del presente año cumplirá 80 años de edad, le preguntan de dónde saca esas energías y voluntad para seguir entregando sus conocimientos en el Centro de Ingeniería e Investigaciones Químicas, ubicado en La Habana, afirma que ese lugar le da vida.
Hace más de cinco décadas que Gustavo Cruz Sánchez apostó por la Química. Fue en la otrora Unión Soviética donde comenzó los estudios de ingeniería que luego terminó en 1970 en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE). Se enamoró de esa ciencia, que permite adentrarse en un mundo mágico, a través del cual se pueden diseñar, proyectar, simular y controlar los procesos productivos de industrias decisivas en el desarrollo de cualquier nación.
Al graduarse, dio su disposición para laborar en Nuevitas, después fue trasladado hacia la fábrica de fertilizantes en la provincia de Cienfuegos, donde permaneció 10 años. A finales de 1981 regresó a La Habana y comenzó a trabajar en el Ministerio de Industria Básica, en la dirección de Fertilizantes y Plaguicidas. “Luego se crearon las Uniones de Empresas y pasé para la Unión de Empresas de Fertilizantes”.
El ejemplo del padre, también nombrado Gustavo, influyó mucho en este experimentado hombre. “Mi papá era periodista y al triunfar la Revolución se entregó por completo a las misiones que le encomendaron en su condición de militante. Entre otras tareas, estuvo durante 20 años al frente del plan cítrico de Ceiba. Se retiró por problemas cardíacos. Mi padre fue para mí modelo de trabajador, de revolucionario, de honestidad y amor a los suyos”.
Siente un compromiso inmenso con su Patria. “Hace años decidí que no me iba de mi país”. Tampoco lo pensó cuando en el 2010 tuvo que jubilarse para cuidar de su padre, ya enfermo. “Después mejoró y me contrataron en esta empresa. Posteriormente pasé a formar parte de la plantilla. Mi papá ya falleció, pero le estoy eternamente agradecido”.
Gustavo es uno de los que contribuye en la formación de las nuevas generaciones. Opina que luego del llamado Período Especial, en la década del 90 del pasado siglo, hubo jóvenes que perdieron las motivaciones para estas labores. Por eso apuesta por aquellos que se le acercan para nutrirse de la experiencia que posee.
Confía en el poder de los estímulos morales, que las personas sientan satisfacción por el trabajo que realizan y por el impacto que tiene en la economía del país. “El que piense solo en el salario, puede cambiar para dedicarse a cualquier cosa. No siente compromiso con lo que realiza”.
Refiere que su departamento de evaluaciones técnico-económicas, está liderado por mujeres: “Somos once y 10 son féminas. “Desde hace 20 años, hacemos estudio de factibilidad y estudios de mercado”.
Durante la Covid-19, han apostado por el teletrabajo y el trabajo a distancia y eso le ha permitido mantenerse activo, siendo un estricto cumplidor de las medidas de protección. Al hablar de jubilación, asegura que siempre que existan energías y deseos de hacer, pueden contar con él.
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Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.