Para el director de Capital Humano de la Empresa Eléctrica de La Habana (EEH), el ingeniero Juan Alexis Frómeta Luna, no hay suceso más importante que los trabajadores cada día regresen a sus hogares sanos y felices.
Sin duda alguna se trata de un sector donde las propias condiciones de trabajo suponen riesgos, que pueden evitarse si se cumplen las medidas establecidas y por las cuales vela la máxima dirección de la entidad.
Junio —ya casi cerrando sus puertas— fue declarado por el consejo de dirección de la EEH como el mes de la seguridad y salud del trabajo, atendiendo a que este es un período donde comienza la temporada ciclónica, aumentan las lluvias, se deteriora el estado del tiempo y, por ende, estadísticamente siempre ocurren accidentes.
Al comparar el primer semestre del año con el anterior, Frómeta precisó que hasta la fecha han ocurrido tres accidentes, sin reportar graves consecuencias (en enero, abril y mayo); a diferencia del 2020 donde acontecieron cinco.
El directivo de la EEH comentó a Trabajadores que la entidad tiene estructurado un sistema de trabajo que parte de la inspección diaria de todos los grupos y brigadas. Además, se evalúan las acciones que ese día se van a realizar y se valoran e identifican los riesgos que puedan existir, a fin de minimizarlos.
Agregó que las inspecciones tienen tres niveles, una es asumida por los jefes de brigada o sección; otra la llevan a cabo los directivos de las unidades empresariales de base (UEB) y, finalmente, la del tercer nivel la realiza el director de la empresa con sus directores funcionales.
Es un tema que se lleva de la mano —señaló— y todos los días se informa en el consejillo de producción de las 6 y 30 de la mañana. Es decir, se notifican la cantidad de inspecciones realizadas y los días sin reportar accidentes. De existir alguna dificultad, se brinda una información inicial y luego se hace un análisis profundo.
En relación con los medios de protección (botas, guantes, equipos que se emplean en las líneas de detección de voltaje), aseguró que la empresa dispone de un financiamiento para tal fin, y que estos se revisan y chequean de manera sistemática con el objetivo de comprobar el estado y la funcionalidad. Asimismo, en la medida de las posibilidades, se van sustituyendo, tanto los de uso individual como colectivo.
Acerca de los accidentes que implican a la población, Frómeta subrayó que se abordan por la empresa con la misma importancia y resaltó la necesidad de ser prudentes y precavidos. “En primer lugar no hay que acercarse a algún cable que esté en el suelo. Nosotros, los eléctricos, siempre decimos que la electricidad no se ve, por tanto hay que pensar que todos los cables están energizados, aun cuando no se han verificado. En tiempos de lluvia debemos tratar de no cometer imprudencias, como por ejemplo subir a los techos de las casas a arreglar antenas u otros artefactos.
“¿Retos? Seguir trabajando, incrementando las medidas de seguridad, garantizando toda la comunicación posible con la población, por los canales correspondientes, a fin de evitar accidentes”.
La EEL cuenta con alrededor de 4 mil 200 trabajadores, de los cuales son linieros 544; empalmadores 55 (trabajan las líneas soterradas), y 6 son probadores eléctricos.