El 22 de junio se cumplirán 80 años de la invasión a la entonces Unión Soviética por una Alemania fascista que, para esa fecha, controlaba los principales recursos europeos luego de un año y nueve meses de sucesivas victorias gracias a la poderosa maquinaria de guerra que poseía.
Un día antes Hitler envió a Mussolini una carta informándole su decisión de comenzar la guerra antes de irse a dormir la noche del 22 de junio, en la que le afirmó: «no pasarán tres meses y veremos la caída de Rusia, tal y como el mundo no la vio en toda la historia»
Esa orden puso en marca una poderosa maquinaria de guerra integrada por 190 divisiones con más de 5 millones de soldados propios y de los países aliados, miles de tanques, 4 950 aviones y más de 50 000 cañones y otras piezas de artillería.
De acuerdo con el llamado plan “Barba Roja”, estas fuerzas fueron organizadas en tres grupos de ejércitos, que tenían la misión de avanzar por el sur, el centro y el norte, en dirección a las ciudades de Kiev, Moscú y Leningrado, respectivamente.
Según los cálculos anunciados por Hitler al Estado Mayor del Ejército, la ocupación de las regiones occidentales del país y de estos tres centros vitales conduciría a la rendición de la Unión Soviética en ocho o diez semanas, antes de la llegada del invierno.
El desarrollo de los acontecimientos en los tres primeros meses de lucha pareció confirmar el plan y los cálculos de Hitler. Las tropas y la totalidad de la técnica militar soviética, a lo largo de toda la frontera occidental, se encontraban en régimen de tiempo de paz. Pero a pesar de la falta de preparación y de las grandes pérdidas humanas y materiales sufridas, el Ejército Rojo y la mayoría de la población ofrecieron una tenaz resistencia a los invasores.
A pesar de los peligros reales que amenazan en la actualidad a la Federación Rusa, esta nación sí conoce la verdadera historia de la Segunda Guerra Mundial y en especial la destrucción y muerte que provocó al entonces pueblo soviético la agresión fascista con un muy doloroso saldo de más de 27 millones de muertos.
Hace ya unos años que algunas naciones intentan reescribir la historia. En el aniversario 75 de la victoria sobre el fascismo la vocera de la Cancillería rusa calificó de “monstruosamente hipócrita y falsa la persistencia de algunos países occidentales que persisten en distorsionar la historia a favor de sus objetivos políticos”.
Por ejemplo, el Departamento de Defensa de los EE.UU. publicó una versión sobre el conflicto y culpa a Moscú de iniciarlo junto con la Alemania nazi, una afirmación que ha sido desmentida en reiteradas ocasiones por las autoridades rusas que se apoyan en documentos de la época.
«El objetivo de Estados Unidos y sus aliados es “menospreciar el rol que desempeñaron la URSS, el Ejército Rojo y el pueblo soviético en la victoria sobre el nazismo. Según afirman, las víctimas del conflicto solo incluye unos 8 millones de judíos asesinados y unos 250 mil estadounidenses caídos en los combates en Europa” afirmó recientemente la vocera María Sajárova.
Estas valoraciones forman parte de la rusofobia que llevan a cabo los países miembros de la OTAN y sus subordinados y complementan el cerco militar que se estrecha cada vez más sobre la Federación Rusa en todas sus fronteras.
Cada amenaza, medida, maniobra militar o mentira falsa que se da a conocer por la gran prensa occidental recibe de inmediato la respuesta rusa al máximo nivel.
Estamos en el año 21 del siglo 21 y el poderoso armamento con que cuenta Rusia estaría en plena disposición combativa en horas a partir de cualquier agresión, de cualquier tipo, para que esta vez nadie pueda agredirla y mucho menos sorprenderla.
Años atrás en días de recordación del inicio de la guerra, una ciudadana soviética, Anastasia Nikitina-Arshinova, recordaba cómo vivió los primeros momentos del ataque fascista a su territorio.
“Un terrible estruendo nos despertó aquella madrugada. Explosiones de proyectiles, bombas, silbido de metralla. Cogí a los niños y salí corriendo a la calle descalza. El horror reinaba en las calles. Sobre la Fortaleza (de Brest) volaban aviones lanzando bombas».
A los defensores de Brest les faltaban armas, alimentos y agua.. La heroica resistencia de los combatientes soviéticos duró casi un mes. Uno de los últimos defensores escribió: «Me muero, pero no me rindo. Adiós Patria.» De ocurrir una agresión a Rusia, conscientemente o por error humano, esta vez el enemigo será recibido como se merece.
En abril último, el presidente Vladimir Putin fue categórico en cuanto a la defensa del país:
“No queremos quemar puentes, pero si alguien percibe nuestras buenas intenciones como indiferencia o debilidad e intenta hacer explotar estos puentes, debe saber que la respuesta será asimétrica, rápida y dura»
En homenaje al nuevo aniversario de la victoria sobre el Fascismo alemán.
Sueño sobre una guerra cruel.
Soñé que mientras caminaba, escuchaba los gritos de ¡Urra!, explosiones intensas, pero sin quebrantar las defensas que el enemigo desesperadamente intentaba romper. El combatiente ruso, tenazmente lo rechazaba.
Pude ver el horror, mientras a gatas caminaba: de todas partes el silbido de las balas, de día, de noche, de madrugada. Algo centró mi atención, dejándome el alma pasmada: vi al combatiente aquel que en sus brazos un niño cargaba, para él no importaba cuánto podía doler el impacto de una bala, el dolor en su pecho, era inmenso, apenas lo soportaba, pues aquel niño tenía la cabecita destrozada. Dolor y coraje siempre, no solo aquella madrugada: se puso de rodillas mientras el arma con rabia disparaba, el enemigo espantado se replegaba ante tanta bravura demostrada.
Yo pretendí ayudar al que en el suelo estaba, pero la luz de la aurora, el sueño me arrebataba, desperté con mis manos alzadas, para brindar mi apoyo a la heroica ciudad sitiada.
Intenté soñar de nuevo y nada.
Hoy solo quiero soñar con esa Rusia rescatada, potente y preparada, para que no vuelva ningún imperio a intentar dominar el mundo de manera desalmada.
Hoy duermo feliz al ver ese hermano ruso, el camarada, caminar por su inmensa patria asegurada; el mundo nunca debe olvidar cuánto sacrificó en aquella guerra no deseada, sería no reconocer que fuimos salvados, la mayoría de la raza humana.
¡Muchas gracias hermanos rusos, camaradas!
Hoy se pretende relegar el papel único y decisivo de Rusia en aquella contienda, existen quienes no quieren entender que sin la decisión del pueblo y gobierno ruso y fundamentalmente del glorioso ejercito rojo, Alemania hubiera tomado hasta el último rincón de la tierra.
Abrir bien los ojos y destapemos el baúl de los recuerdos y el portón de la justeza, para dar honor a quien honor merece.
Gloria eterna a los héroes y mártires de aquella guerra cruel.
De: Marciano Ortiz Matos, el Marciano de la tierra.
Saludos las cosas con Rusia no son de juego y el wye con fuego juega de seguro se quema estas provocaciones después de una conversación entre presidentes de Estados Unidos y de Rusia de verdad que no se pero como dijera nuestro querido Fidel estamos casi en el abismo nuclear solo la historia recogerá cuánta destruccion y sufrimiento para el mundo
Sensatez grandes potencias e inteligencia para no caer en una de las más o tal vez la última guerra mundial la otra como dijo alguien no se sabrá cómo se haga
Saludos