«Cielo rojo en minutos, tormenta cegadora de arena que se colaba por todos los lugares y cubrían lo que encontraba a su paso, casi 50 grados de temperatura y muy poca visibilidad. Primero protegerse y luego a cotejarlo todo». Así describía el jefe de la Brigada Médica Cubana en Argelia, Reynaldo Ménendez, la situación vivida por los colaboradores cubanos de la salud y de la educación que brindan sus servicios en los Campamentos de Refugiados de la RASD (República Árabe Saharaoui), quienes vivieron el pasado 4 de junio, un siroco o tormenta de arena.
Las imágenes que propongo hoy ratifican lo complejo que debe ser vivir una experiencia como esa, pero nuestros colaboradores – que han salvado y salvan vidas por todo el mundo y en las más disímiles condiciones – están preparados y se mantienen firmes, se cuidan, se ayudan, se recuperan y no abandonan sus misiones. Todos se encuentran en perfecto estado de salud y de ánimo.
El doctor Menéndez, al referirse a una experiencia como esa y a la tradición solidaria de Cuba en esa región del mundo, nos ratifica: «Mientras otros se dan la vuelta y no quieren ver la realidad de ese noble pueblo, los compatriotas que allí laboran, demuestran la fibra con la que estamos hecho los cubanos. Damos amor, solidaridad y nos entregamos en cuerpo y alma. Los hermanos lo somos en las buenas y en las malas. Por eso allí hay un grupo de seres heroicos que llegan del lejano Caribe auxiliando a hermanos y junto a los pueblos honestos del mundo gritamos: !!!SaharaLibreYa!!!»