El ciclo político que está por finalizar en Perú pasará a la historia por haber tenido cuatro presidentes, dos Congresos, e innumerables muestras de descontento y frustración popular.
La atomización política ha llegado a tal punto que 18 personas aspiraron a la presidencia en los comicios del pasado 11 de abril, en las cuales solo uno, Pedro Castillo, del partido Perú Libre, rozó el 20 % del voto popular. Sus contrincantes más cercanos obtuvieron el 13, 3 % (Keiko Fujimori, de Fuerza Popular); 11, 6 % (Rafael López Aliaga, de Renovación Popular); y 11, 5 % (Hernando de Soto, de Avanza País).
En Perú el voto es obligatorio, no obstante, el ausentismo fue de casi el 30 % del padrón electoral.
Castillo no era favorito, pero su protagonismo durante la huelga nacional de maestros del 2017 multiplicó su prestigio, así como el programa de gobierno presentado durante la campaña electoral y que denominó Documento contestatario al neoliberalismo, en el cual propuso un modelo de “economía popular con mercados”, donde se nacionalizarían sectores estratégicos como el minero, gasífero, petrolero, hidroenergético y de comunicaciones.
A segunda vuelta llegaron Castillo y Keiko Fujimori, quien espera ganar la presidencia y así librarse de unas demandas judiciales que podrían culminar en condenas de más de 30 años de cárcel, al menos hasta 2026.
Uno de los principales acusadores de Keiko, el fiscal José Pérez, sostiene que es culpable de lavado de activos, de obstaculizar la justicia y encabezar la organización criminal Fuerza Popular (partido político), para el cual pide su inmediata disolución. La lista de inculpados incluye a otras 39 personas, entre ellas, Mark Vito, un estadounidense, esposo de la candidata a la presidencia.
Las más importantes encuestadoras y analistas políticos confieren estrecha ventaja a Castillo, contra quien se ha instalado la maquinaria de la derecha regional para infundir terror y vincularlo a acciones violentas con las que nada tiene que ver su propuesta democrática.
Este 6 de junio los peruanos saldrán a votar una vez más, en medio de la tercera ola de Covid-19. La pandemia ha dejado más de 180 mil muertos en el país que hoy ostenta el triste liderazgo mundial de la más alta tasa de mortalidad del virus: 5 mil 484 muertos por millón de habitantes, seguido de Hungría, con 3 mil 77 fallecidos.