“Este emblemático lugar no solo es Patrimonio de la Humanidad, sino también es patrimonio de Trinidad, de Sancti Spíritus, de Cuba y, sobre todo, de cada uno de los trabajadores que aquí laboran. Por eso, defenderlo, es también defender la Patria y la Revolución que hizo posible rescatar este histórica casona y ponerla al servicio de los habitantes de esta paradisíaca localidad”, dijo Katia María Rodríguez Romero, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC), al entregar la condición de Vanguardia Nacional a la Casa de la Música de Trinidad.
Durante una solemne ceremonia efectuada en esa institución bajo estrictas medidas higiénico-sanitarias para evitar el contagio de la pandemia de la Covid-19, la joven dirigente sindical enfatizó que “este colectivo es acreedor de este reconocimiento durante decimoséptima vez consecutiva por sus sostenidos aportes a la cultura en este territorio declarado en 1988 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco), junto al cercano Valle de los Ingenios, Patrimonio de la Humanidad, además de su entrega al enriquecimiento espiritual de los trinitarios, y de quienes visitan esta hermosa urbe, amén de sus sólidos aportes en el enfrentamiento al nuevo coronavirus con encomiables iniciativas”.
El director general de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), Mario Escalona Serrano, igualmente reconoció a los trabajadores de la Casa por su destacado y sostenible trabajo político ideológico, fundamentalmente entre los jóvenes, así como en su extraordinaria batalla en la erradicación del consumo de drogas en este sector de la población, para el que se empeñan en ofrecer una sana programación cultural en la que esencialmente se promueve lo mejor de la música cubana.
Katia María Rodríguez recordó que “aquí se han hecho perdurables las creaciones de los grandes compositores e intérpretes de nuestro país, como Celina González, los trovadores Sindo Garay y María Teresa Vera, los soneros Ignacio Piñeiro, Compay Segundo e Ibrahim Ferrer (del Buena Vista Social Club), El Bárbaro del Ritmo Benny Moré, entre otros de una extensa lista de glorias cubanas”.
Con 24 años de fundada por la Egrem —la discográfica más importante del país—, la Casa de la Música de Trinidad radica en una emblemática casona colonial construida en el año 1700 en la pintoresca y céntrica callejuela denominada Cristo, y en 1995 fue reconstruida por esta empresa, de forma capital, para que a partir del siguiente año funcionara una instalación anhelada por el pueblo, donde la entrada es barata y la diversión es segura, motivo que igualmente la convierte en obligada visita para los miles de viajeros que recorren una de las primeras ciudades fundadas por los españoles en el nuevo mundo.
Durante su visita al centro, los directivos presentes, entre los que también se encontraban representantes del Partido, del Gobierno, de la Central de Trabajadores de Cuba y del SNTC en ese municipio, disfrutaron de la acogedora y larga escalinata a la entrada de la casona, donde se aprecia una vista singular de la costa trinitaria, desde la península de Ancón, la playa de María Aguilar, y la desembocadura del río Guaurabo que fuera visitado por Cristóbal Colón, Diego Velásquez, Hernán Cortés y Alejandro de Humboldt. Hacia el otro lado se divisa una espectacular panorámica de la antigua villa.
En este centro actúan los mejores conjuntos locales de música, como Estrellas de Trinidad, desprendimiento de la orquesta Estrellas del 48, que dirige Pedrito Palma; Los Lamas, agrupación que interpreta el son y la música campesina; además del sexteto La Parranda, de Perico Téllez, conocido por la interpretación del son trinitario y otros grupos que interpretan el son y la música romántica (boleros y bajadas), fundamentalmente a cargo de excelentes tríos de guitarra. Asimismo, es frecuente nuestro Baile Nacional, el danzón; espectáculos enriquecidos por un diseño en el que con la vetusta arquitectura se combinan pérgolas con frondosas plantas, de frutas y flores. También se pueden beber los típicos cócteles cubanos, como el Cuba Libre, el Mojito y el Daiquirí.
En uno de los salones de la casona se puede disfrutar de una exposición permanente que rememora a los grandes músicos de Trinidad, así como la obra de distinguidos creadores de las artes plásticas, además de contar con la tienda más completa que existe en la ciudad y en la provincia, donde se pueden adquirir discos producidos por la Egrem y algunos instrumentos musicales.
Es frecuente presenciar las quinceañeras de la ciudad tomándose fotos que conserven tan hermoso momento de la vida; en sus diferentes áreas los vecinos de la zona pueden celebrar, en tan pintoresco entorno, bodas, cumpleaños, banquetes y otros encuentros sociales, motivos que han convertido a la Casa de la Música de Trinidad en uno de los lugares más queridos por los pobladores de esta urbe.