Leticia Martínez Hernández / Presidencia de Cuba
El promedio de casos por día en Cuba al cierre de la semana pasada fue de 1 156, superior en un 10,6% a lo que se contabilizó en la Isla al concluir el mes de abril. Los 1 155 nuevos enfermos notificados este lunes van confirmando la posibilidad de que mayo rompa triste récord con más de 34 700 positivos: en abril el número final se fijó en 31 346.
También los fallecimientos a causa de la COVID-19 han ido en aumento, en lo que va de mayo se contabilizan 223 defunciones, y en todo abril fueron 229. En las últimas seis semanas se ha mantenido un promedio de diez muertes por día: este lunes se lamentaron 13.
En medio de esas cifras elevadísimas — informadas por el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Mirada, en la reunión del Grupo de Trabajo del Gobierno para el control de la COVID-19— Cuba avanza con paso firme en la Intervención Sanitaria iniciada el 10 de mayo con los candidatos vacunales cubanos en grupos y territorios de riesgo.
Con cierre del 22 de mayo, se habían vacunado 774 212 personas en todo el país: de ellos 405 908 como parte de los trabajadores de la Salud, BioCubaFarma y otros grupos de riesgo; y 368 304 de la población de los municipios de Regla, Guanabacoa, Habana del Este y San Miguel del Padrón, en la capital, y de la Isla de la Juventud.
El proceso, aseveró Portal Miranda, sigue acorde a lo esperado. Las provincias de La Habana, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, que comenzaron después que las demás, vienen avanzado según lo habíamos previsto. Por otro lado, territorios como Pinar del Río, Artemisa, Villa Clara, Cienfuegos, Las Tunas y la Isla de la Juventud concluyeron ya la primera dosis en sus grupos de riesgos.
En la reunión del Grupo Temporal, que encabezan el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, se evaluó la situación de diez provincias que no logran contener la enfermedad: Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Granma, Holguín y Santiago.
En el caso de Pinar del Río — que reportó este lunes 68 positivos y se espera para el martes una cifra muy superior— el Presidente Díaz-Canel indicó evaluar con más precisión las medidas que allí se han estado tomando. Tienen que revisar la efectividad de lo que están haciendo, porque en las últimas cinco semanas no paran de crecer los contagios casi siempre por encima de 50 diarios. De seguir con el aumento de activos, dijo, no podrán seguir aislando a los contactos de casos.
Eso tiene que ver, apuntó, con las indisciplinas que se han cometido en el territorio y han comprometido todo el trabajo que se ha hecho. Se refería Díaz-Canel a una pelea de gallos en el municipio de Sandino que provocó un evento de transmisión de grandes magnitudes.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido también dialogó mediante videoconferencia con las autoridades de Mayabeque, territorio que notificó este lunes 86 casos positivos, dispersos en diez de sus once municipios, contabilizó 621 pacientes activos y la semana pasada reportó siete fallecimientos a causa de la COVID-19.
Díaz-Canel alertó que la provincia ha pasado a ser la segunda más complicada del país — luego de La Habana—, incluso por encima de Santiago, territorio también con altas cifras de contagios. En Mayabeque, comentó el Presidente, se ha perdido la capacidad de aislar a los contactos de casos confirmados por la cantidad de enfermos que están reportando diariamente. Recordó que ese aislamiento ha sido precisamente la clave del éxito para contener la enfermedad.
Al cierre de este lunes en la nación permanecían ingresadas 6 803 personas con la COVID-19. Se habían otorgado 1 223 nuevas altas médicas y el número de recuperados ascendía a 126 459: el 94,2% del total de contagiados. En las salas de terapia intensiva había 49 pacientes en estado crítico y 91 calificados como graves, números que tampoco han mostrado buena cara en las últimas semanas.
Cuba, como muchas naciones del orbe y particularmente de América Latina, vive un fuerte rebrote de la epidemia, en medio de un proceso de vacunación que no se detiene y el cual, según las autoridades de Salud Pública, debe llegar en agosto al 70% de su población.