El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez resaltó el alcance e importancia del nuevo Código de las Familias, al intercambiar en el Palacio de la Revolución con los integrantes de la comisión que trabaja en esta importante disposición jurídica, encuentro donde estuvieron presentes además el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, y el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández.
«Lo que pretendemos es que sea un código moderno, que sea un código que responda a todos los preceptos constitucionales, que realmente sea un avance en materia de concepción de la familia en el país», consideró el Jefe de Estado.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido resaltó que el nuevo proyecto del Código de las Familias es mucho más abarcador, no es solo de minorías como pretenden presentarlo algunos, porque la familia abarca a toda la sociedad.
Durante el intercambio, el titular del Ministerio de Justicia, Oscar Silveira Martínez, afirmó que, en paralelo a la Política aprobada que guiará el trabajo del grupo, se ha trabajado en varias versiones del anteproyecto del Código de las Familias.
La Politica identificó varias problemáticas fundamentales y propuestas, y responde a un mandato constitucional en su Disposición Transitoria Decimoprimera, la coherencia con el texto constitucional y los tratados internacionales sobre esta materia ratificados por Cuba, la adecuación de la normativa a las características de la sociedad actual y a las perspectivas de las familias y a resultados de investigaciones y estudios de derecho comparado iberoamericano y de otros países.
Silveira Martínez aseveró que las propuestas tienen mucho de ciencia, de conocimiento, de años de investigación, de análisis, de estudio en nuestras universidades, en nuestras instituciones y la política y ya el proyecto de Código que se ha trabajado, es resultado de ese estudio y de ese proceso.
La Comisión de trabajo que abordará el nuevo Código de las Familias está representada por varios organismos e instituciones del país y transitará por un cronograma hasta la consulta final de la disposición jurídica.
(Tomado de radiorebelde.cu)
Podemos homologar términos en las instituciones internacionales donde nuestra presencia es importante; pero no necesariamente tenemos razones para trasladar a nuestra agenda nacional una nomenclatura similar que nos lleva a desvestir velos (hiyab; ni a la complicidad de aberraciones libertinas) poco identificadas con nuestra tradición histórica, hacer campañas por quitar velos que solo utilizamos en iglesias o en algún que otro sitio y ocasiones apegadas a clases sociales víctimas de fantasías estéticas o de religiosidad privativa alejadas de las vivencias populares (sin populismo).
Sin una intención desdeñable al «avance de la mujer», debemos creer que nada debe justificar opacar o minimizar los esfuerzos de la Revolución hacia la sociedad por igualar condiciones de participación social y familiar sin distinción de género. Por su puesto no hablo de resistencia al cambio; sino de resistir a nuestro empeño para hacer realidad el desarrollo material. No olvidemos que nuestro avance general como sociedad está regido por concepciones políticas y, pienso que filosófica también muy ligada a la creación de condiciones objetivas para que estas sirvan al pleno desarrollo intelectual, científico y cultural de las nuevas generaciones. Pienso en trabajar por crear condiciones óptimas a la familia (alimentación; techo; trabajo creador; industria de utilidad y facilidad a la vida doméstica que garanticen tiempo al placer, al sexo íntimo, a la educación familiar, a la plena libertad de hacer y disfrutar de nuestra familia humanamente diferenciada de otros reinos. Muchas son las imágenes que hemos incorporado sobre estos temas y contextos. (…Ingertese a nuestro tronco…; nuestro vino es amargo…, conozca a Cuba primero…»)
Gracias.