Desde hace unos días todo se estaba organizando en el Hospital Pediátrico Docente Eduardo Agramonte Piña, de Camagüey. Entre los pasillos se había regado la noticia de que a lo mejor realizarían una intervención con uno de los candidatos vacunales cubanos en el personal de salud. Era el sueño de muchos, la tranquilidad de otros.
El rumor se transformó en realidad y el joven doctor Adrián Carralero Pons, Especialista de Primer Grado en Pediatría y quien labora en el cuerpo de guardia del centro hospitalario, fue uno de los primeros en dar su disposición.
Así que no era de extrañar que este lunes 10 de mayo estuviera allí, delante del vacunatorio de primero para poner el brazo, para participar. “Este es un acto voluntario, comenta Adrián, pero debía hacerlo porque deseo inmunizarme, porque mi trabajo implica una interacción constante con pacientes que no sabemos si están contagiados; no es zona roja, pero es de riesgo. Además participando en esta intervención apoyo el enfrentamiento a la COVID-19 que hace el país”.
La doctora Daymí Saavedra Moredo, Especialista de Segundo Grado en Ginecobstetricia, padece de hipertensión, tiene una hernia hiatal, y de otras enfermedades, pero como dice, nada que le impidiera estar ahí el primer día del proceso de vacunación. “Realmente no me dolió la inyección y me sentí muy normal, cuenta. Luego permanecimos durante una hora esperando a ver si teníamos alguna reacción, nos tomaron la tensión, nos atendieron constantemente.
“En mi familia estaban locos porque me vacunaran, porque querían verme protegida, ya que formo parte del personal que más expuesto está y qué mejor que vacunarnos con una de las cubanas”.
La intervención
Como asegura Reinaldo Pons Vázquez, director provincial de Salud, este proceso constituye un complemento de las actividades que desarrolla el país en el desarrollo de una vacuna y de los candidatos vacunales.
“En Camagüey no corresponde una intervención masiva, asegura, sino esta sanitaria al personal de salud y a poblaciones de riesgo. Esto, más que todo, es un respaldo a los ensayos que se vienen haciendo”.
En el territorio agramontino se cuentan con 37 mil 800 dosis que cubren a todo el personal del sector, a los estudiantes de Ciencias Médicas, así como a un grupo que labora en unidades asistenciales, en centros de aislamientos y vinculados a tareas de enfrentamiento a la COVID-19.
En todos los municipios se establecieron unos 42 sitios vacunales con 51 vacunatorios, en los cuales se ubica más de una enfermera, quienes fueron debidamente capacitadas para el proceso.
Según detalló Pons Vázquez, esta primera dosis de Abdala se irá aplicando durante 10 días, luego, las otras fases se aplicarán al 14 y al 28 día de puesta la primera. “Siempre hemos dejado claro, señala, que es voluntaria la participación y que hay criterios de exclusión que son temporales, como la hipertensión, que no evitarán que se vacune el personal”.
Nancy Socarrás Álvarez y Diana Rosa Casa son las licenciadas en Enfermería que atienden el vacunatorio del hospital pediátrico. Dicen sentirse honradas y orgullosas, “porque estamos apoyando y luchando contra la pandemia”.
Así también se sienten las estudiantes de sexto año de Medicina Daymara Montero Gutiérrez y Heydy Cuesta Doyle. Ellas están realizando un internado vertical en Oncología y como alegan no han pesquisado pero sí atendido pacientes sospechosos.
Para Heydy “es tremenda oportunidad, hemos sido privilegiados, porque aunque aún nos falte un poco para ser trabajadores completamente pensaron en los estudiantes. Al ponernos esta vacuna nos protegemos nosotros y nuestras familias”.