Las voces contra el bloqueo a Cuba siguen alzándose hasta en los más recónditos rincones del planeta, donde también se han pretendido acallar otra voces que por muchos años luchan contra la injusticia, por la paz mundial y el entendimiento.
En Campamentos de Refugiados de los territorios palestinos ocupados por fuerzas israelíes, amigos solidarios con Cuba, quienes por su condición de refugiados no pueden realizar actividades de calle, realizar caravanas, convocar movilizaciones populares, se suman también a la batalla por eliminar el bloqueo genocida contra nuestro pueblo. En sus manos, mientras se expresan, carteles con frases de apoyo a la Mayor de las Antillas, de reconocimiento a la expresa solidaridad que también durante muchos años ha tenido esta Isla caribeña con sus luchas, el reclamo porque haya más justicia en este mundo de todos. Y entre ellos, estremece ver a niños, seres inocentes que quizás desde que nacieron no conocen lo que es vivir en paz, cuyos juegos muchas veces están ocupados por el miedo, por las bombas, por la desesperanza, cuyo sueño es apenas, poder vivir un día más.
Muchas enseñanzas se realzan ante imágenes como estas: No hay barreras, no hay muros, no hay distancias que puedan separar a los hombres cuando se trata de luchas justas y urgentes. En la sonrisa de esos niños está, sin embargo la esperanza y la reafirmación de que no hay tiempo para el cansancio. Del Che aprendimos a luchar siempre contra toda injusticia cometida en cualquier parte del mundo. Está en la esencia de la Revolución Cubana y el pueblo palestino bien lo sabe. Gracias entonces, por tanta solidaridad.