Hoy Fidel no está físicamente, pero la fuerza y vigencia de su pensamiento sigue guiando cada acción de los trabajadores, del pueblo cubano.
El 1.º de Mayo de 1959, el líder de la Revolución no se encontraba en el país. Habría que esperar al siguiente para que se iniciara una tradición, convertida en festejo para celebrar victorias, trazarse retos y conocer los últimos detalles de la convulsa situación internacional y los hechos nacionales más relevantes.
Mientras su estado de salud le permitió el ejercicio de sus responsabilidades ante el Estado y el Gobierno, cada una de sus intervenciones devino clase de historia, en la cual puso al desnudo las amenazas permanentes y la insaciable sed hegemónica del imperialismo yanqui, ante la cual se erigió siempre la irreversible posición de Cuba de mantener firme las banderas del socialismo, sustentada en los crecientes logros y muchas metas en los planos político, económico y social.
De aquellos momentos, algunas de sus ideas, esencia misma de la Revolución
(Tomado de la Revista CTC No. 21)
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