A lo desconocido fueron: uno cargado de experiencia profesional y otro con apenas tres años de graduado como especialista. Pero siempre dispuestos; dispuestos porque para eso habían estudiado medicina; porque para eso habían prometido curar al que lo necesitara y un virus desconocido no los iba a amilanar.
Así cuentan Roger Campo Batueca, experimentado especialista en Medicina Interna, y el recién egresado de la misma especialidad Yosbel Hidalgo Diepa, quienes hace poco más de un año fueron miembros de aquel equipo médico del hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni, que atendió al primer paciente camagüeyano positivo al coronavirus.
Ellos se habían preparado, conocían cada riesgo de estar cerca del virus, pero vivirlo y verlo cerca no era igual. Tuvieron miedo, pero como explica Yosbel “uno escoge la profesión de la medicina para luchar contra cualquier enfermedad. En los hospitales están nuestras trincheras y es donde mejor podemos aportar.
“Aquellos fueron días complejos, pero fue un honor ser parte de ese primer equipo. Fue tremenda experiencia que, además, la compartí con mis profesores, codo a codo y me sirvió para mi preparación y para las otras veces que he estado en zona roja”.
Por esa disposición y entrega, por esas tantas veces que luego han atendido pacientes positivos y sospechosos de Covid-19, ambos resultaron merecedores de la medalla Hazaña Laboral. Un premio, que como apunta Roger, “lo merecen todos los que están en zonas rojas trabajando, los que limpian, las enfermeras, los técnicos de laboratorio, los choferes… un grupo grande de trabajadores, no solo del sector de salud, pero que han dedicado, y aún lo hacen, horas y horas en esta lucha contra la pandemia.
“No obstante, es un orgullo recibirla, pero a la vez un compromiso a ser cada día mejor, a dar el máximo porque la epidemia no ha acabado y debemos seguir combatiendo”.